PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN EL ACTO DE LANZAMIENTO DEL “PLAN NACIONAL ANTI-IMPUNIDAD”

PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN EL ACTO DE LANZAMIENTO DEL “PLAN NACIONAL ANTI-IMPUNIDAD”

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Señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; autoridades nacionales; familiares de las víctimas; señores miembros del Colegio de Abogados; señoras y señores: escuchaba atentamente las palabras del señor Bordón, creo que fue casi suave la caracterización que hizo de la Argentina que vivimos y que nos toca vivir.

Los argentinos tenemos que dejar de tener un doble discurso, de hablar con hipocresías y de creer que nos podemos salvar de un día para otro: las salidas fundamentalistas.

Venimos de una gran debacle moral, de valores, de fuerte impunidad en todas las áreas y no se cambia esto con una simple renovación del Gobierno; no se cambia si la gente no participa activamente para que esto termine, si se queda meramente en demandante, como bien se decía aquí.

Yo voy a seguir repitiendo hasta el cansancio que acá lo que ha pasado y lo que puede suceder en estas horas y en forma permanente, es fruto de un sistema de funcionamiento en el cual se ha asentado y funcionado realmente durante mucho tiempo la estructura institucional argentina. En consecuencia, hay dos caminos: uno, convertirnos meramente en sólo demandantes, queremos que esto se arregle, en actitud individual y acordarse de los problemas de vez en cuando; y el otro es el que realmente hay que seguir y con el que les puedo asegurar que estamos abriendo todas las puertas del Estado. Porque el Estado somos todos los argentinos, no una simple burocracia política a la que le toca por un determinado tiempo ejercer el poder político de la Nación. Por lo tanto, hay que entrar a participar activamente, porque si no de un lado demandan los que sufren las injusticias y las inclemencias de un Estado que no funciona y del otro lado están los que siguen viviendo del Estado.

A mí me toca ser presidente en este tiempo de la historia por esas circunstancias de la sociedad, de la gente y de esta gran crisis que vive el país. Vengo de un lugar muy lejano, pero les puedo asegurar que donde uno toca, salta pus, en la mayoría de los lados, arriba, abajo y en el medio. El de arriba se lleva todo lo que puede y alguno que está más abajo, como ve que el de arriba se lleva todo lo que puede, también se lleva lo que está a su alcance.

Ese es el Estado argentino que tenemos que reestructurar, que cambiar. Esto se va extendiendo a las distintas áreas, y molesta aveces cuando se dice, pero no se va a cambiar de un día para otro si no se participa activamente. Es imposible hacerlo. Yo les puedo asegurar que nosotros vamos a seguir generando lo que debemos porque ésta es la casa de todos los argentinos y la impunidad que existe en muchos espacios de la vida institucional argentina, también, obviamente, refleja el mecanismo de las situaciones que les ha tocado vivir a cada uno de ustedes.

La Argentina actúa corporativamente: cuando uno de una institución mata, hay que darle cobertura porque es de esa institución; cuando el verdadero honor de los argentinos estaría en que si hay un mal policía e hizo lo que no debía hacer, la propia institución lo tendría que denunciar definitivamente para que la gente vuelva a creer en las instituciones. Esto es fundamental para terminar con la impunidad.

Les puedo asegurar que nosotros tenemos la obligación política y moral de purificar todas las fuerzas policiales del país. Lo dije el otro día y hay que hacerlo. El que está en duda, que se vaya a su casa, porque si no tendremos hechos lamentables permanentemente. (Aplausos). Pasa en la policía obviamente, pero también en la política se da la reacción corporativa porque es un correligionario o es esto o lo otro. Se terminó, al que sacó los pies del plato, de las instituciones, de la ley, debe caerle todo el peso de la ley.

Así los argentinos vamos a recuperar la confianza en las instituciones y a ver valores. No puede ser que en este país durante toda una década o más los jóvenes triunfantes, los dirigentes triunfantes eran los que más plata hacían de cualquier manera. No es malo que a alguien le vaya bien en vida, pero me entienden cuando les hablo de este tema. El que estudiaba, investigaba, trabajaba, ése no, ése era un iluso, un bobo y un estúpido. Tenemos que cambiar estos valores, pero los tenemos que cambiar fuertemente desde abajo.

Yo les puedo asegurar que no vine a quedarme permanentemente acá, pero siempre digo que las convicciones no las dejé afuera; estoy dispuesto a caminar junto a ustedes, tenemos que generar el punto de inflexión en este tiempo de la historia.

Les agradezco profundamente que ustedes estén hoy acá, en esta casa que debe ser la de todos los argentinos, que vaya a saber durante mucho tiempo cuántas cosas cobijó. Pero yo sé que si la entramos a llenar de gente decente, si el pueblo argentino vuelve a entrar a la Casa de Gobierno las cosas van a cambiar necesariamente. Y cuando se vea que no hay impunidad van a ir cambiando. Pero no van a cambiar de un día para otro y no cambian por el mero discurso, las tenemos que hacer cambiar, por eso les pido que nos ayudemos y que me ayuden.

El Ministro tiene todas las instrucciones, juntamente con el doctor Lanusse, para proceder a fondo, porque nosotros creemos que para profundizar y lograr los resultados que hay que lograr, también se tiene que ver que se van logrando objetivos.

Sé que ustedes tienen los objetivos en marcha, trabajemos juntos, avancemos, juntémonos a evaluar cuántas veces sean necesarias. Mi despacho está totalmente abierto, libre de cualquier protocolo tedioso y molesto, no tiene nada que ver con la realidad que hoy necesita nuestra Argentina, les puedo asegurar que como argentino y como Presidente voy a estar trabajando junto a ustedes. Y las cosas que tengamos que hacer, hagámoslas.

Acá se tiene que terminar la Argentina del acuerdo vacío, del negocio del pacto, para dar paso al funcionamiento institucional pleno donde todos estemos tranquilos y saber que entre todos los argentinos somos capaces de parir un nuevo país.

De modo que estoy a sus órdenes, gracias por estar acá, los vamos a acompañar en su lucha, que es nuestra lucha, sin ningún tipo de limitaciones. Donde veamos algo oscuro, vayamos por eso. Porque les puedo asegurar que yo sabía, y lo dije permanentemente durante años, qué Argentina nos tocaba vivir, pero cada vez me asombro más de las cosas que me toca ver.

Quedo humildemente a vuestras órdenes y espero que solidariamente podamos encontrar ese amanecer que estamos necesitando todos los argentinos.

Muchas gracias por estar acá.