PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, DOCTOR NÉSTOR KIRCHNER, EN LA COMIDA OFRECIDA EN HONOR DEL SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CHILE

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, DOCTOR NÉSTOR KIRCHNER, EN LA COMIDA OFRECIDA EN HONOR DEL SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CHILE

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Excelentísimo señor presidente de la República de Chile, querido amigo Ricardo Lagos; señor ex presidente de la Nación, también querido amigo doctor Eduardo Duhalde; señor vicepresidente de la Nación Argentina, amigo Daniel Scioli; distinguida comitiva de Chile que nos acompaña y que nos honra con su visita; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; señores legisladores; señores embajadores; autoridades nacionales; amigas y amigos: hoy estamos compartiendo un día de realizaciones muy importantes para el proceso de integración entre la hermana y querida República de Chile y nuestra querida Argentina.

Les puedo asegurar que durante la mañana compartimos horas de trabajo profundo con el presidente de la República de Chile; tocamos áreas fundamentales que hacen a la integración física, económica y sociocultural que también hacen a la tarea conjunta que tenemos que desarrollar para generar un ejemplo desde la Argentina y desde Chile hacia el resto de los países de América del Sur, de América latina, de América en general en el necesario proceso de integración que tenemos que darnos para constituir definitivamente no sólo una voz que tenga presencia en el concierto internacional, sino también políticas claras y activas que determinen la credibilidad que los hombres y las mujeres de América somos capaces de integrar nuestros países en un proyecto que sintetice esquemas absolutamente superadores.

Nosotros sabemos de la deuda y de las asignaturas pendientes que tenemos y estamos dispuestos a afrontarlas con toda nuestra voluntad, fuerza e inteligencia para poder generar las síntesis superadoras que nos permitan dar las respuestas que nuestros pueblos están esperando.

Hemos logrado avances muy importantes desde el punto de vista de la integración educativa y desde el punto de vista de la integración demográfica y social. Que podamos entrar y circular libremente con el Documento Nacional de Identidad entre nuestros países, es un hecho trascendente; años costó entender, a pesar del esfuerzo que hacíamos muchos de ambos lados, lo importante que es esto para avanzar en la tarea de la integración; creo que hoy lo hemos logrado y nos hace sentir una profunda satisfacción.

También hay temas de coincidencia como, por ejemplo, el ferrocarril transandino y también la visión de los problemas internacionales, los nuevos roles de los organismos multilaterales, los nuevos roles de las solidaridades que tenemos que generar, la decisión global que tienen que tener nuestros países para afrontar con absoluta responsabilidad y dignidad el marco de sustentabilidad interna de nuestras economías, la decisión de terminar con este marco de la cultura de la subordinación permanente que hubo durante muchísimos años en el sentido de que para poder darle sustentabilidad a nuestros países había que aceptar muchas veces porque sí los dictados de distintos organismos multilaterales que han llevado a nuestros países muchas veces a situaciones límites. También está la necesidad de pensar, de elaborar, de tener posiciones independientes, de discutir con estos organismos, que se den cuenta que nosotros, en los procesos de integración internacional, estamos absolutamente decididos a llevarlos adelante.

No se pude seguir llevando procesos de integración que tienden a la desintegración de los pueblos. Es hora de que tengamos voces absolutamente fuertes, racionales, maduras y responsables pero que marquen la concreción y la construcción de un mundo distinto.

Nosotros, como lo conversábamos hoy con el presidente Lagos, tenemos que estar a la altura de la historia y de las circunstancias que nos toca vivir, sin temores y sin la idea de que si no hacemos las cosas tal cual nos las escriben y dicen ciertos esquemas que están centrados en determinadas ortodoxias, nuestros pueblos no tienen destino.

Por eso, realmente creo que tener la posibilidad de compartir este tiempo de la historia con las calidades del presidente de la querida República de Chile, es importante porque lo veo absolutamente compenetrado y decidido con la idea de que poco sirve tener la oportunidad que nos ha dado la sociedad y tener la iniciativa en la conducción temporal en un tiempo de la historia de nuestros países, si no hacemos las cosas que tenemos que hacer.

A veces, hacer esas cosas lleva a tener posiciones absolutamente firmes, decididas y con absoluto convencimiento. Nosotros, desde la Argentina, después del durísimo proceso que nos tocó vivir a fines de 2001, hemos decidido reconstruir con verdad, con fuerza, con convicción, con principios este querido país y, evidentemente, esa reconstrucción la vamos a profundizar durante toda la gestión que me toca llevar adelante.

Creemos en la integración; creemos profundamente en la integración bilateral con Chile; creemos que podemos generar marcos de negocios comunes muy importantes; creemos en la integración física, social y cultural; creemos, firmemente, en la visión geopolítica conjunta que podemos tener respecto de la integración americana e internacional; sabemos que si hacemos las cosas como debemos, vamos a ser protagonistas del primer diálogo bilateral entre dos grupos regionales muy fuertes como pueden ser el Mercosur y sus asociados de América con la Comunidad Económica Europea.

Sabemos que podemos establecer una discusión seria, responsable y estructuralmente de fondo con las regiones más importantes del mundo, con el propio Estados Unidos, con quien nos interesa tener una relación racional y responsable pero absolutamente clara y determinada en los mecanismos dentro de los cuales tenemos que funcionar.

Creemos que de esta manera vamos a hacer un gran aporte a que definitivamente nuestras regiones puedan entrar en un proceso de crecimiento. Porque cuando hay crecimiento, cuando hay integración, cuando se recupera la dignidad, cuando se recupera la calidad institucional, cuando se recupera la seguridad jurídica, cuando entramos a bajar seriamente los índices, esos que nos causan estupor, cuando a veces alguno de nuestros países aparecen, como nos ha tocado lamentablemente muchas veces en la Argentina que estábamos primeros donde queríamos estar últimos, todo se puede lograr solamente con un gran nivel de compromiso.

Nosotros, presidente Lagos, agradecemos profundamente su presencia acá. Tengamos convicción, tengamos fuerza, avancemos en la política de la consolidación de los derechos humanos, avancemos en las políticas de integración, avancemos en ayudar a construir un mundo con justicia y equidad, avancemos en construir una región que recupere fuertemente el rol que perdió o que no ha alcanzado a tener y Dios quiera que podamos ayudar a la construcción de este espacio que América del Sur está necesitando para que definitivamente de allí podamos vertebrar políticas de integración y de crecimiento que nos devuelvan la posibilidad de ser regiones que tengan sustentabilidad interna con integración externa.

Creo que esto lo podemos lograr si discutimos con madurez absoluta y si definitivamente terminamos con el marco de la subordinación muchas veces hasta de tipo intelectual que tenemos.

Es hora que tengamos mucha más confianza en nosotros mismos porque tenemos una gran capacidad para producir las ideas que nos pueden llevar a las respuestas que nuestros pueblos están esperando.

Muchas gracias, señor Presidente; muchas gracias a la comitiva que lo acompaña, sé que usted, como hombre comprometido toda la vida con ideales y con principios como me ha pasado a mí, aunque nos ha tocado vivir distintas circunstancias y tiempos de la historia, no tengo ninguna duda –y más aún después de la conversación que hemos tenido hoy- que ambos vamos a generar con absoluta generosidad todas las acciones para que este tiempo de Chile y de la Argentina sea un tiempo grande de la historia de Latinoamérica.

Muchas gracias. (Aplausos)