CUMBRE DE JEFES DE ESTADO DEL MERCOSUR, BOLIVIA Y CHILE

CUMBRE DE JEFES DE ESTADO DEL MERCOSUR, BOLIVIA Y CHILE

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Todos ustedes saben el énfasis que he puesto durante mi trayectoria política en subrayar la importancia, la jerarquía y la prioridad que le asigno al MERCOSUR como proceso de integración y como la más importante vía de inserción de la República Argentina en la comunidad internacional.

Lo reiteré el 25 de mayo en mi discurso ante la Asamblea Legislativa en ocasión de asumir la presidencia de la Nación. Hoy vengo a reafirmarlo en esta Cumbre.

Tengo la profunda convicción de que el MERCOSUR constituye el hecho más relevante de nuestras políticas exteriores del siglo XX. El proceso de integración registra hoy una amplitud y profundidad que lo distingue de otros emprendimientos anteriores dado que constituye un factor innegable de estabilidad regional, convirtiendo a nuestros países en interlocutores válidos y confiables en la comunidad internacional.

Consolidar la zona de libre comercio, perfeccionar la unión aduanera y avanzar hacia un mercado común, no puede realizarse sin un basamento político-económico acorde con el elevado nivel de confianza mutua y sin una clara definición de objetivos comunes más allá de toda sospecha.

La década de los noventa constituyó una etapa en la cual se registró un crecimiento exponencial del comercio intraregional consolidando el proceso de integración, pero somos conscientes de que el MERCOSUR no desplegó todas sus potencialidades, por tomarse medidas nacionales que constituyeron una verdadera amenaza al mismo.

Somos conscientes de que el MERCOSUR atravesó una crisis de confianza, tanto entre sus miembros como también por parte de otros actores internacionales y requiere un renovado esfuerzo imaginativo que favorezca el inicio de una etapa de consolidación, de fortalecimiento, de crecimiento y de ampliación.

Somos conscientes de que internamente existieron restricciones impuestas por la discrepancia en las políticas macroeconómicas, y también por abruptos cambios de paridad de las monedas.

Igualmente debemos avanzar en una adecuada estructura institucional, en un sistema ágil de solución de conflictos y en la incorporación de las normas MERCOSUR, entre las que merecen ser destacadas: el protocolo que perfecciona el sistema de solución de controversias; el protocolo de Montevideo sobre servicios; un número elevado de normas relativas a la libre circulación y a los estándares comunes para el mercado ampliado; instrumentos que hacen a la seguridad y la cooperación en materia jurídica.

Con espíritu constructivo debemos dar rápidas respuestas resolviendo todas estas cuestiones.

Pueden, al respecto, contar con nuestra más decidida participación para este proceso de consolidación.

Con relación al fortalecimiento del MERCOSUR, pueden también contar con nosotros para trabajar sobre el perfeccionamiento del arancel externo común, que es el principal instrumento de la unión aduanera.

La profundización del MERCOSUR requiere avanzar en los instrumentos de política comercial, en la eliminación de las restricciones de acceso, el reconocimiento mutuo y la elaboración de disciplinas sobre el uso de incentivos en la región.

Debe subrayarse la iniciativa de impulsar un procedimiento ágil para la aplicación inmediata de la normativa MERCOSUR que no requiere tratamiento parlamentario.

Para acercarnos a un mercado común necesitamos mayor coordinación macroeconómica y la puesta en marcha del Instituto Monetario, para iniciar el tránsito hacia una moneda común.

Es mucho lo que hemos construido y en esta oportunidad creemos que existen efectivamente condiciones políticas convergentes que nos permiten ser optimistas.

Compartimos un mismo diagnóstico sobre la realidad internacional que nos toca vivir y consecuentemente hemos decidido avanzar juntos, con valores comunes en las más importantes negociaciones internacionales multilaterales, hemisféricas e interregionales. Nuestro futuro dependerá del resultado de las mismas.

En esos planos, no debemos dejarnos llevar por la imposición de cronogramas prefijados, sino por el resultado objetivo de negociaciones mutuamente provechosas.

Para encarar esta fase crucial debemos reforzar al Mercosur político. Y es mucho lo que hemos hecho en este sentido. Estamos orgullosos por haber superado viejas percepciones y haber declarado a la región zona de paz, dándole un ejemplo al mundo.

Somos una región que ha contribuido significativamente en la no proliferación nuclear y ha ajustado su actividad nuclear al uso pacífico de dicha energía.

Nuestra subregión ha contribuido al proceso de erradicación, producción, comercialización de armas químicas y bacteriológicas y estamos avanzando en la supresión definitiva de minas antipersonales.

El MERCOSUR ha contribuido en forma consistente en el mantenimiento y fortalecimiento de la democracia en la región.

El MERCOSUR, a nuestro entender, no se limita a la integración económica y comercial. Implica, además, el debate para reformular las relaciones entre el Estado, la sociedad y el mercado.

En ese sentido, creemos necesario que examinemos juntos la experiencia en la regulación de las empresas privatizadas y los flujos financieros meramente especulativos, la competencia desleal, la disciplina y la transparencia en el manejo de los ingresos y de los gastos públicos, articulando, en síntesis, una dimensión social de los problemas bajo el principio de que el desarrollo económico y la gobernabilidad democrática sólo son posibles si se garantiza al inclusión social, la equidad distributiva, la justicia social y el respeto por los recursos naturales y el medio ambiente.

Es mucho lo que tenemos por delante. Uno de los temas relevantes de nuestra agenda son los proyectos de infraestructura para la integración en áreas tales como energía, transporte, comunicaciones, tecnología y la construcción de una agenda social compartida.

Queremos un MERCOSUR solidario, que crezca con equidad y justicia social.

Queremos un MERCOSUR con la mayor transparencia democrática y por eso compartimos la idea de poner en marcha un Parlamento constituido por representantes elegidos por la voluntad popular.

Y queremos un MERCOSUR con vocación de crecer en su membresía y facilitar el ingreso de otros países de la región.

Por ello saludamos con alegría la presencia de la hermana República de Venezuela, representada por el amigo, el presidente Chávez.

Argentina viene de sufrir una crisis excepcional de la cual estamos saliendo y quiero expresar mi agradecimiento como argentino, por las múltiples acciones solidarias de los países del MERCOSUR con mi país.

Estamos renaciendo y dispuestos a dar lo mejor de lo que tenemos para que el MERCOSUR sea una de nuestras mayores realizaciones. Nosotros, para terminar, instamos a los señores presidentes a tener todo el coraje necesario que la etapa y la hora implica. Instamos a los señores presidentes a estar a la altura de la historia.

Tenemos que construir un Mercosur que rápidamente exprese hacia adentro y hacia fuera realizaciones claras y concretas; que vean que nuestras reuniones no son meras reuniones que terminan con comunicados tradicionales. Es hora de que la región definitivamente califique su accionar y pueda generar definitivamente una presencia en lo interno de la región y en lo externo hacia el resto del mundo, con un marco de calidad y profundidad que nos permita avanzar decididamente a implementar políticas que nos conduzcan al crecimiento del MERCOSUR y ayudar al crecimiento de nuestros pueblos.

Por eso, veo con muy buenos ojos la incorporación de otros países para ampliar a América del Sur el crecimiento del MERCOSUR.
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Vemos muy bien que el MERCOSUR tenga un alto contenido político y también creemos que si profundizamos bien nuestras acciones políticas y nuestros intercambios, no tengo ninguna duda de que vamos a avanzar en una fuerte integración comercial, social, en políticas de salud y en las políticas globales que tenemos que resolver.

Por eso, queridos presidentes, queridos amigos, tengamos el coraje que la historia nos pide en estos tiempos.

Muchísimas gracias.