ACTO DE CONMEMORACIÓN DEL 193° ANIVERSARIO DEL DIA DEL EJERCITO

ACTO DE CONMEMORACIÓN DEL 193° ANIVERSARIO DEL DIA DEL EJERCITO

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Señor ministro de Defensa; señor jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas; señor jefe del Estado Mayor General del Ejército; señor jefe del Estado Mayor General de la Armada; señor jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea; autoridades militares, eclesiásticas y civiles presentes; señoras y señores: es mi intención como presidente de la Nación Argentina, saludarles con motivo de la celebración del Día del Ejército en conmemoración del cumplimiento de los 193° años de su nacimiento.

Quiero invocar para este acto, el recuerdo de tantos patriotas que en los primeros años de la patria en nuestro Ejército o en sus trabajos, fueron forjando esta Argentina de claros y oscuros, que pelea por mejorar su situación e inventarse un futuro.

Ese futuro que la gran mayoría del pueblo argentino anhela, esperamos que sea definitivamente claro y mucho ayudará en la construcción que proponemos que cada uno de los que tenemos responsabilidades institucionales cumplamos nuestro rol con acuerdo a la Constitución Nacional y la ley.

El pasado 25 de Mayo, hace cuatro días, por voluntad del pueblo de la patria, fui puesto en posición de mi cargo que implica ser el Comandante en Jefe de todas las Fuerzas Armadas de la Nación. Cumpliré acabadamente ese rol para el que también me han elegido; exigiré que todos cumplamos, cada uno su rol, sobre todo de quienes están bajo mi mando.

Por tanto, nadie puede sorprenderse o pedir explicaciones o calificar una situación como inexplicada cuando se han puesto en ejercicio facultades constitucionales y legalmente regladas.

Analizar y caracterizar las conductas del poder político no es función que le corresponda a un militar. Sorprende que después de lo que ha vivido nuestra patria se le pida a la sociedad o se pretenda agradecimiento por respetar la Constitución. La democracia no se ratifica por discursos, sino por conductas, pero no he venido este día a hablarles del pasado. He venido a saludarlos por vuestro día, he venido para que empecemos a trabajar por el futuro.

Creo que la política de defensa debe ser una política de Estado, pero no que deba permanecer inmutable. Espero que podamos concretar positivos cambios también en esta área. La política de defensa nacional es inseparable de la política exterior de la Nación y como ella debe estar en correcta sintonía con los acontecimientos que caracterizan el mundo actual, midiendo las consecuencias de los hechos internacionales en el orden local para lograr una constante actualización.

Los cambios operados en la política mundial, la necesidad de fortalecer el multilateralismo hoy debilitado, la necesidad del fortalecimiento de las relaciones en la región y la aparición de nuevas amenazas a la paz mundial como el terrorismo internacional, deben ser tenidos en cuenta a los fines del desarrollo de nuevas hipótesis de conflictos, alejándolas de las rivalidades regionales y vecinales que ocuparon buena parte del siglo pasado.

La preparación de nuestras Fuerzas Armadas para encarar los desafíos del nuevo milenio requerirá mentalidades abiertas y seguramente insumirá esfuerzos presupuestarios que el crecimiento sustentable de nuestra economía permitirá afrontar.

En el diseño del nuevo país se deberá tener presente la capacidad hoy ociosa en tecnología y producción que la industria militar puede aportar a la economía nacional y a su recuperación paulatina. Hemos dicho al asumir en materia de Defensa que actuaremos con un concepto integral de la defensa nacional, integrando la contribución de la acción de nuestras Fuerzas Armadas en pro del desarrollo, trabajando para su modernización e impulsando la investigación científico tecnológica en coordinación con otros organismos gubernamentales; para que sin apartarse de su actividad principal pueda contribuir al bienestar general de la población.

Hemos dicho en el Congreso que queremos a nuestras Fuerzas Armadas altamente profesionalizadas, prestigiadas por el cumplimiento del rol que la Constitución les confiere y por sobre todas las cosas, comprometidas con el futuro y no con el pasado. Vengo a repetirlo, queremos a nuestro Ejército altamente profesionalizado, prestigiado por el cumplimiento de su rol y por sobre todo, comprometido con el futuro y no con el pasado.

Hemos construido afectos y confianzas, no caeremos en falsas dicotomías que de cualquier lugar quieran proponérsenos. En el Proyecto Nacional que proponemos creemos que le cabe al Ejército argentino y al resto de las Fuerzas Armadas, un importantísimo lugar. Este concepto no es para nosotros un discurso de ocasión, el rol de las Fuerzas Armadas en la defensa nacional como concepto integral, formando parte de un proyecto de Nación, constituye para nosotros una convicción que reconoce nuestras raíces en nuestra historia y en nuestra propia adhesión política.

En ejercicio de otras responsabilidades públicas que hemos ejercido, en el lugar del que vengo, nuestra querida Patagonia, donde el conjunto de las Fuerzas tiene destacada y fecunda presencia en la vida económica y social, hemos podido trabajar codo a codo. La colaboración nos ha permitido mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, los hemos asistido en las emergencias climáticas, hemos construido puentes allí donde los ríos los han derrumbado, hemos aportado a la mejora de la calidad de vida del personal militar y mejorado la infraestructura de sus cuarteles, atemperando de algún modo las penurias presupuestarias que han sufrido.

Creemos que la defensa de la Patria no es algo que deba recaer sólo en la espalda de los que lucen uniforme, se trata de integrar, como la Constitución manda, en una verdadera política de Estado, los niveles de decisión, organización y comando estratégico en manos de civiles con la estrategia operacional conjunta, el entrenamiento y las tácticas en manos de militares. Garantizar la soberanía, la independencia de la Nación Argentina, su integridad territorial y su capacidad de autodeterminación, proteger la vida y la libertad de los habitantes de nuestra Patria no son tareas respecto de las que podemos tener dudas o permitir divisiones, son objetivos permanentes de la acción del Estado. El mejor modo de hacerlo debe lograrse en unidad y actuando con la humildad de los grandes, la imaginación de los pioneros y la sabiduría de los estrategas para vencer los altos desafíos que se nos imponen. Estos principios sanmartinianos que impregnan nuestras orígenes son los que guiarán la acción de este Gobierno y teñirán con su impronta todas nuestras acciones, son los principios y las convicciones que nos hacen saludar con respeto a los guerreros de la Independencia, y a aquellos soldados, oficiales y suboficiales que en nuestras Malvinas supieron estar a la altura de nuestra historia.

Queremos avanzar en la construcción de una Argentina integrada, en un Proyecto Nacional que nos contenga a todos; esto no debe dejar ni afuera ni a un costado a nuestras Fuerzas Armadas, las necesita integradas en un accionar constante, que sin olvidar su actividad esencial les permita volver a realizar aportes significativos en otras áreas en las que distingue su desarrollo.

Recuperar el progreso social y la perdida movilidad ascendente, recuperar la producción, el trabajo, generar riqueza y distribuirla con justicia, son bases fundamentales para construir una nueva y gloriosa Nación que hoy nos convoca.

Una Argentina abierta al mundo, desde una fuerte identidad nacional llama a sus hombres y mujeres a la participación y al compromiso patriótico. Una nueva Argentina está naciendo, estamos llamando a todos a trabajar juntos por su grandeza, con la misma inclaudicable determinación de quienes tuvieron el coraje y la decisión de fundarla.

Acompañen este cambio, con toda la energía, el coraje y el profesionalismo que ustedes pueden dar y que los argentinos nos reclaman a todos.

Feliz Día del Ejército. ¡Viva la Patria!