PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN EL ACTO DE PRESENTACIÓN DE ACCIONES EDUCATIVAS PARA EVITAR LA DESERCIÓN ESCOLAR

PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN EL ACTO DE PRESENTACIÓN DE ACCIONES EDUCATIVAS PARA EVITAR LA DESERCIÓN ESCOLAR

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Señor jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; señores jefes de las Fuerzas de Seguridad; autoridades nacionales, provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; señores miembros de Unicef en Argentina y de organizaciones no gubernamentales; representantes gremiales; señoras y señores: creemos que estamos abordando un tema central, no se puede tomar en abstracto el problema profundo que vive la Argentina, desde hace tiempo ya, respecto del tema de la seguridad. Creo que es importante tener un andamiaje legislativo correcto, códigos procesales correctos, códigos penales correctos que funcionen de acuerdo a las necesidades que tiene la Argentina como país en esta problemática, pero también es cierto que tenemos que hacer una distinción absolutamente clara.

Durante mucho tiempo en el país, como en todos los países, tuvimos el abordaje del delito conocido como “delito común”, que se incrementaba, bajaba o subía de acuerdo a distintas circunstancias, pero fundamentalmente a la situación de inclusión o exclusión social de la sociedad. Con el crecimiento de la pobreza evidentemente se profundizaba, con el crecimiento de la injusta distribución del ingreso también, en cuanto esto mermaba también mermaba la calidad y la tipologías de delitos que se cometían. Cierto es que a partir de los últimos 30 años en la Argentina se incorporó otro tipo de delito, que no fue por casualidad, la actitud de corrupción institucionalizada en los órganos nacionales, provinciales, municipales y fuerzas de seguridad que se dio en la Argentina, y que todavía estamos sufriendo, llevó a que aparezca un delito que por su calidad operativa, por la tipología que tiene -que va del secuestro extorsivo a delitos que tienen que ver directamente con el narcotráfico y con una calidad sustantiva absolutamente diferente- no hubo una reacción directa, rápida de las estructuras institucionales para combatirlo. Así llegamos a las aberraciones que hoy nos duelen y nos tocan vivir, que golpean a la familia argentina, a la familia del trabajador, de la clase media, de la clase alta, de todos los argentinos, porque cuando se genera este tipo de problemas no es una cuestión que sufre solamente un sector de la sociedad sino que lamentablemente se globalizó en toda la estructura social argentina.

Por eso es muy importante introducir la educación en la seguridad, porque nos va a ayudar a la inclusión social, a la formación, a la igualdad de posibilidades, a que haya miles y miles de niños que van a tener la mano reparadora del Estado, un Estado que no mire al costado, y eso les va a permitir tener una posibilidad y una viabilidad en la Argentina. La inclusión social que pueda lograr la educación en la seguridad, complementada con el crecimiento económico, con el crecimiento del empleo, con otra distribución del ingreso, va a ir generando un mejoramiento paulatino en la Argentina. Y ya lo está generando, por lo menos hemos quebrado el crecimiento de la pobreza y de la indigencia, y esto también es muy importante, nos va a permitir viabilizar otra Argentina. Claro que hay que construirla, claro que hay que pensarla, claro que hay que imaginarla y hay que tener la fuerza de afrontarla con claridad y sin hipocresías, pero es muy importante tener estos elementos en cuenta porque esto nos va a permitir darle una respuesta global y concreta al problema de la seguridad en la Argentina, que, como les dije, se fue conformando y estructurando por todas estas circunstancias que fueron pasando y se fueron dando en la Argentina. Y cuando en un país se instala la impunidad, sean los hechos que sean, cuando da lo mismo hacer las cosas como corresponde, dentro del marco de la ley, dentro del marco normativo, que afuera, evidentemente cualquier cosa es posible. Estamos ante el gran desafío de terminar definitivamente con esta doble moral que azotó a los argentinos para volver a construir una sociedad que nos contenga a todos.

Por otro lado hay que hablar con claridad en el tema de la imputabilidad o del régimen del derecho penal especial, al que el representante de Unisef se refirió con toda claridad. Creo que es un paso cualitativo importantísimo que se puede dar en la Argentina, dar los elementos de recuperación para aquellos menores que han delinquido, para aquellos menores que hoy caen en figuras tan abyectas como la del patronato o que tienen el mismo tratamiento que los mayores, o se está fomentando la consolidación de futuros delincuentes en el propio sistema carcelario o el sistema penal de menores que les toca vivir. Esto es un paso cualitativo tremendamente importante que hay que afrontar con mucha madurez y responsabilidad porque vamos a estar dando una mano también de inclusión a estos menores que fueron castigados por todas estas situaciones que nos han tocado vivir, que van de problemas familiares a la situación que deriva del propio marco de la Argentina que hemos afrontado.

Nosotros creemos que estas discusiones se deben dar con gran madurez, con gran responsabilidad, con rapidez pero con una gran capacidad de síntesis superadora que nos permita dar la respuesta que la Argentina merece. Creo profundamente en la tarea de la recuperación y de la estructuración que se puede dar en este tema, creo profundamente en el rol que los docentes argentinos pueden jugar en esto. Lo han hecho aún en peores circunstancias que las que hoy les toca vivir, con una gran calidad didáctica y pedagógica para ayudar a estructurar este tema y poder llevarlo adelante. Estoy convencido de que en el paulatino mejoramiento de la Argentina y con esa gran vocación que han tenido cumplen un rol fundamental.

También creo definitivamente en que esta sociedad debe empezar premiar a los policías honestos, a los hombres de seguridad honestos, que entienden cuál es el servicio que van a prestar, y debe castigar severamente a los deshonestos, a los asesinos, a los que participan en este tipo de criminalidad que daña la moral pública, porque ahí vamos a tener bien determinada la escala de valores. Es un gran desafío, pero hay que hacerlo con mucha fuerza, con mucha potencia y con total decisión, no se puede dar un solo paso hacia atrás. Muchas gracias.