Discurso conmemorativo del Día de la Lealtad

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL ACTO DEL DÍA DE LA LEALTAD

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Gracias, muchas gracias.

Compañero Secretario General de la CGT; compañeros de la Comisión Directiva; compañeros y compañeras trabajadoras de la República Argentina: siento que este acto maravilloso y multitudinario refleja como pocas cosas la profunda transformación política, social y económica que ha tenido la patria en estos años.

Por un instante no más, por un segundo, piensen si hace 10 años podríamos haber reunido a esta cantidad de trabajadores y sus organizaciones sindicales. No se podía porque había un país sin trabajo, un país sin producción, un país donde habíamos perdido la esperanza y la ilusión que alguna vez anidaron en millones de argentinos cuando Perón y Eva Perón construyeron el movimiento político y social más importante de Latinoamérica .

Yo hoy no vengo aquí como Presidenta de los argentinos, como cuando hablé frente a los jóvenes, hoy frente a los trabajadores vengo a hablar como una compañera más. (Aplausos) Una compañera que tal vez tiene más responsabilidades que otros, pero que sabe que es necesario convocar a todo el país para seguir profundizando la transformación.

En este día también quiero agradecerles a ustedes la lealtad y créanme que cuando les hablo de lealtad sé de lo que se trata porque también he conocido traiciones de las más profundas que se puedan conocer en el ejercicio de la Primera Magistratura. Por eso a ustedes mi agradecimiento por la lealtad y también por la inmensa responsabilidad que ustedes y sus dirigentes han evidenciado en estos años.

Les pido además a los que hoy no están aquí que no tengan miedo, que el hecho de que miles y miles de trabajadores puedan reunirse de esta manera a festejar y conmemorar es porque tenemos un país en crecimiento que progresa, que va para adelante y que puede ser disfrutado no solamente por los trabajadores sino por los empresarios, por los comerciantes, por los estudiantes, por los docentes, por las amas de casa, por los jubilados.

Cuando los trabajadores no están, cuando las organizaciones sindicales desaparecen, es porque ha caído la actividad económica de un país, y cuando esto sucede, más tarde o más temprano la malaria les llega a todos. Esto también lo conocimos durante los años ´90 cuando algunos pensaban que podían salvarse mientras el resto del país se hundía.

Por eso yo quiero agregar en este día maravilloso que a la lealtad tenemos que agregarle la solidaridad de los trabajadores con todos aquellos que todavía no han podido conseguir un trabajo en nuestro país y entonces tenemos que seguir redoblando el esfuerzo gobierno, sindicatos y empresarios.

Yo me siento orgullosa de formar parte de un gobierno donde hemos sabido articular los intereses que están representados en esa figura maravillosa de las negociaciones colectivas de trabajo, que habían desaparecido de la república argentina. (Aplausos)

Habían desaparecido por una razón muy sencilla compañeros, cuando hay dos dígitos de desocupación, cuando hay colas de trabajadores en los comercios, en las fábricas, esperando una vacante para conseguir trabajo, las negociaciones desaparecen, porque precisamente ese modelo necesitaba una gran cantidad de desocupados para poder seguir haciendo la flexibilización laboral y que sean los trabajadores los más vulnerables, los que paguen los costos de la crisis. Pero finalmente ese modelo tampoco funcionó para ninguno, solamente para unos pocos.

Por eso todos los argentinos tienen que saber que aquí, en esta tarde donde nos hemos reunido miles de trabajadores, porque, compañero Moyano, usted que anda pidiendo un trabajador como presidente de la República, yo quiero decirle que trabajo desde los 18 años, desde los 18 años trabaja esta mujer. Estudié en la Universidad Nacional de La Plata y era empleada pública, último orejón del tarro en el Ministerio de Economía de La Plata, desde los 18 años, toda mi carrera de abogada laburando y después me tocó laburar de profesional. Por eso digo que debemos tener todos, y cuando hablo de todos hablo de los argentinos, la visión y la comprensión, la inteligencia de que en esta empresa los trabajadores y sus organizaciones sindicales son aliados estratégicos también de las empresas para poder seguir creciendo, para poder seguir generando valor y para seguir generando riqueza, y nosotros desde el Estado garantizar esa redistribución del ingreso.

Por eso no debemos tenerle miedo al debate de las ideas, si esas ideas son para mejorar a nuestro país, si esas ideas son para mejorar la calidad de vida de los trabajadores. Y todos tenemos que entender que cuando los trabajadores mejoran su calidad de vida, cuando conformamos un poderoso y sólido mercado interno, estamos mejor preparados en un mundo difícil para hacer frente a las crisis. Esto es lo que pasó el año pasado, cuando fue el mercado interno, cuando fue el consumo que garantizamos desde el Estado lo que permitió que no cayéramos como pasó en otros países.

Quisiera también en este Día de la Lealtad, porque la lealtad siempre es a dos puntas, traerles mi compromiso inquebrantable frente a ustedes de seguir trabajando y luchando también por una patria más justa, por un país más equitativo, aunque esto me cueste muchas veces enfrentarme a intereses muy poderosos.

Ahí alguien con un cartelito me dice Día de la Madre, es para que no me olvide de mis compañeras, no me voy a olvidar, imposible olvidarme de mis compañeras de género, lo vivo todos los días como Presidenta, hermana, sé que todo nos cuesta el doble. Por eso quiero agradecer también a todas las compañeras trabajadoras su apoyo incansable e inclaudicable a nuestro gobierno. (Aplausos) Y a todas las madres en este domingo, a las madres que todavía por ahí no consiguieron trabajo y reciben la Asignación Universal por Hijo, y a las otras, a las que pudieron jubilarse gracias al esfuerzo de este gobierno que ha incorporado a más de dos millones y medio de nuevos jubilados y jubiladas fundamentalmente amas de casa. (Aplausos)

A las mujeres docentes, a las estudiantes, a las empresarias, a las científicas, a todas las que de un modo u otro cumplimos el doble rol y la doble tarea de nuestra ocupación y al mismo tiempo ocuparnos de nuestros hijos, quiero decirles no solamente feliz Día de la Madre sino que sigan poniendo el hombro, como lo han hecho hasta ahora, porque si la década pasada castigó a un género fue a las mujeres, muchas de las cuales quedaron solas al frente del hogar para hacerse cargo de la familia cuando la desocupación reinaba en nuestro país.

Por eso hoy es un día muy feliz, hoy es un día de conmemoración, de festejo y de agradecimiento. Quiero, compañero secretario general de la CGT agradecer en su persona a todos los dirigentes sindicales y a todos los trabajadores por la responsabilidad y el patriotismo que han demostrado en estos años, acompañando con mucha responsabilidad, con mucha seriedad, pero siempre defendiendo los intereses de sus representados, a este gobierno, que no es ya el gobierno de un partido ni de un sector sino que es un proyecto de país y de nación, el que hace décadas atrás seguramente millones de argentinos que cruzaban los puentes para liberar al general Perón imaginaban. Todavía nos falta, hay muchas cosas que recuperar, hay muchos derechos que devolver, pero estamos en el buen camino, en la buena senda, y yo prometo que no voy a aflojar ni abajo del agua, voy a seguir trabajando todos los días, rompiéndome el lomo, quedándome sin fuerzas por allí, pero siempre adelante, porque ustedes y muchísimos otros que ya no están más son los que me siguen dando la fuerza que se necesita para conducir un proceso de transformación, de libertad, de igualdad, de democracia y de equidad como el que hoy estamos viviendo.

Gracias compañeros, gracias CGT, gracias Hugo, gracias a todos y todas ustedes por el cariño, por el afecto, por la lealtad, por los gestos, por la mirada, por todo lo que me dan todos los días y me permite seguir luchando y trabajando. Gracias Argentina, muchas gracias. (Aplausos)