PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, DOCTOR NÉSTOR KIRCHNER, AL TÉRMINO DE LA FIRMA DE CONVENIOS CON EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CHILE, RICARDO LAGOS ESCOBAR

 

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Señor presidente de la República de Chile, don Ricardo Lagos Escobar; señores ministros que lo acompañan; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; autoridades chilenas, argentinas; señores y señores. Estimado señor Presidente y amigo: su presencia en Buenos Aires es todo un símbolo del significado de la relación bilateral en los que han sido nuestros frecuentes diálogos desde que asumí la presidencia de la República el 25 de mayo pasado. Esta visita pone en evidencia el grado de profundidad de nuestra vinculación y su carácter estratégico. Diría que son momentos de coincidencias sin precedentes históricos, tanto en materia de confianza mutua como de sintonía de valores, ideas y propuestas. Los dos gobiernos enfrentamos el idéntico desafío de encontrar formas creativas y eficaces de responder a las necesidades de nuestros pueblos. Ambos creemos que la inserción plena de hombres y mujeres en la vida económica, política y cultural, hace a la dignidad de las personas y constituye el motor del crecimiento económico con justicia social.





Los dos consideramos la necesidad de una acción conjunta y decidida en materia social y educativa como vía para promover una sociedad equitativa con igualdad de oportunidades. Y sabemos también que entre Argentina y Chile sólo se puede hallar, a partir de nuestro compromiso con la integración, la amistad y la mutua confianza, valores insustituibles en nuestras relaciones.





Y ha sido justamente este espíritu el que ha generado el fortalecimiento del diálogo y el trabajo conjunto y continuo de regiones chilenas y de provincias argentinas. Entre ambas se han conformado verdaderos ejes de relación y colaboración vinculantes, espontáneos y profundamente diversificados. Ello nos impulsa hoy a intensificar la búsqueda de visiones compartidas entre los sectores públicos y privados de Argentina y Chile, que tracen la senda que deben seguir el camino de la integración para el desarrollo común.





Somos conscientes de la necesidad de fortalecer nuestras potencialidades en aras a este futuro de bienestar común para permitir identificar con rapidez las oportunidades de un éxito conjunto y prometedor. Es entonces nuestro propósito procurar que este proceso creciente de amistad e integración se perfeccione para un futuro de justicia, progreso y paz.





La unión y el esfuerzo conjunto en procura de un fin determinado, tanto por parte de nuestros gobiernos como por parte de nuestros empresarios, nuestros científicos o nuestros hombres de la cultura, traducirán en la práctica la idea de integración y permitirán la consolidación de un proceso único en su naturaleza y alcance. Un ejemplo de ello son las negociaciones relativas a la facilitación del tránsito de personas.





Si bien esta es una iniciativa a largo plazo, ya existen mecanismos que podrían poner en práctica las decisiones que se vayan acordando en el seno de la comisión específica. Ellas deberán servir de aliciente para continuar progresando hacia la completa apertura de la frontera entre ambos países.





Quisiera ahora como Presidente patagónico referirme a un tema al que le otorgo particular relevancia: el necesario estímulo a un proceso de integración y complementación de la zona austral, para lograr un acuerdo de mutuo desarrollo. Estoy seguro de que se extenderá a la zona austral el éxito del proceso argentino-chileno, pero es preciso asimismo destacar la importancia fundamental que reviste para nuestros países la problemática que poseen las provincias argentinas y las regiones chilenas.





En una frontera de cinco mil kilómetros de extensión, lo relativo a temas como infraestructura, integración productiva y exportadora, vinculaciones terrestres y fluviales, lacustres, marítimas, aéreas y explotaciones turísticas en conjunto adquiere día a día una creciente relevancia que nuestros gobiernos deben contemplar. Por ello insto a nuestras administraciones a profundizar con obstinado empeño la integración alcanzada.





Podemos y debemos avanzar sustantivamente en el diseño de mejores proyectos conjuntos, en el marco de esta benéfica, rica e intensa amistad. En esta hora de globalización e interdependencia las relaciones entre nuestros pueblos, vecinos y socios en un destino común, deben alcanzar una dinámica particular que edifique la unidad soñada por nuestros padres fundadores. No es una utopía, es un objetivo posible y su concreción depende de nuestro tesón y de nuestra constancia, porque la razón última de la integración es el progreso de los pueblos. Los gobiernos de Argentina y Chile tienen además frente a sí la enorme responsabilidad de poner conjuntamente a nuestros países al nivel de los requerimientos del siglo XXI, en las mejores condiciones de competitividad y eficiencia para alcanzar respuestas concretas y palpables a los más caros anhelos de nuestras sociedades. Continuemos uniendo nuestras fuerzas para la construcción de un mundo más solidario que permita el bienestar y el crecimiento de nuestras futuras generaciones.





He querido hablar con el corazón abierto, con una voz que quiere ser expresión del anhelo del pueblo que represento, combinación de sueño y realismo e inspirada en el sólido recuerdo de nuestra historia en común y en la visión de un presente y un porvenir que nos exige practicar el diario ejercicio de la voluntad de hacer.





Chile y Argentina marchan juntos en ajustada coherencia con su historia común de cara a un futuro próspero y de progreso. Este es el más alto homenaje que podemos realizar a la gesta de los libertadores, a los trascendentes sueños de San Martín y O´Higuins de una América libre y unida.





Señor Presidente: creo que en esta instancia de este tiempo de la historia está en nuestras posibilidades generar un marco de profundización en la integración muy fuerte. El pueblo y el gobierno argentino está absolutamente decidido a hacerlo. No tengo ninguna duda de que el pueblo y el gobierno chileno así lo está después de las innumerables conversaciones que hemos tenido en las distintas oportunidades.





Creo que Argentina y Chile pueden generar un verdadero precedente para toda América Latina para reconstruir una voz de la región fuerte, clara, progresista, seria, racional, que permita de una vez por todas la integración de esta región del mundo para que podamos aplicar políticas que nos determinen la viabilidad definitiva que hemos soñado y que han soñado nuestras generaciones.





Yo soy parte viva de la integración argentina-chilena, porque soy hijo de un argentino y de una chilena, así que lo represento con total autenticidad, y de esa simbiosis que genera esa conformación que tengo, no tenga ninguna duda que ponemos todos nuestros mejores anhelos para que dentro de dos años y medio, cuando usted esté terminando su mandato, o cuatro años cuando esté terminando también el que me corresponde, le podamos decir a nuestros pueblos que respetamos los tiempos de la historia, que dimos la celeridad que nuestras naciones necesitaban y que escribimos una página más de la historia grande que nos une, para que en el marco del pensamiento de nuestros libertadores podamos generar, hacer, comprender y proceder a dar las respuestas que nuestros pueblos están esperando.





Estoy profundamente estimulado por esta visita suya, por esta reunión de trabajo que tuvieron los distintos equipos de gobierno y creo que este es el camino, creo que este es el rumbo: la discusión, la integración, la pluralidad, el pensar que tenemos un futuro y un tiempo en común.





Muchas gracias por estar aquí, señor Presidente. (Aplausos)