A 111 años del fallecimiento del prócer Julio Argentino Roca

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“Nada grande, nada estable y duradero se conquista en el mundo cuando se trata de la libertad de los hombres y del engrandecimiento de los pueblos, si no es a costa de supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios”.

A 111 años de su paso a la inmortalidad, recordamos con respeto y reconocimiento la figura de Julio Argentino Roca, uno de los Presidentes más influyentes de la historia de la República Argentina, impulsor de profundas transformaciones. Roca falleció el 19 de octubre de 1914, a los 71 años, en la Ciudad de Buenos Aires, dejando un legado imborrable en la política nacional y en la consolidación del Estado moderno.

Roca nació en San Miguel de Tucumán el 17 de julio de 1843. Fue el tercero de nueve hermanos, cursó sus estudios en el Colegio de Concepción del Uruguay, donde se formó junto a futuros protagonistas de la vida pública nacional. Su trayectoria militar comenzó desde muy joven, participando en batallas decisivas como Cepeda, Pavón y la Guerra de la Triple Alianza, experiencias que marcaron su visión sobre la necesidad de orden y centralización en un país fragmentado por los conflictos internos.

Como Ministro de Guerra, lideró en 1879 la Campaña del Desierto, acción que consolidó la soberanía argentina sobre la Patagonia y permitió expandir el territorio nacional. Posteriormente, fue elegido Presidente en dos períodos: 1880-1886 y 1898-1904.

Durante su primer mandato, impulsó la federalización de Buenos Aires, la unificación monetaria y un ambicioso plan de obras públicas, que incluyó la expansión del sistema ferroviario, portuario y de comunicaciones. Su lema de gobierno, “Paz y Administración”, reflejó una etapa de estabilidad institucional, crecimiento económico e incorporación de inmigrantes europeos, que marcarían el perfil demográfico y productivo del país. Estas transformaciones sentaron las bases para el crecimiento económico, la integración territorial y el ingreso de la Argentina al escenario del comercio global.

En su segundo gobierno, Roca profundizó la modernización del Estado: estableció el servicio militar obligatorio, reorganizó las Fuerzas Armadas y fortaleció el rol internacional de Argentina. También reforzó la presencia nacional en la Antártida, afirmando la vocación soberana de la Argentina sobre ese territorio estratégico.

Tras su presidencia, continuó participando activamente en la vida pública, ejerciendo funciones diplomáticas en Brasil y Europa.

Julio Argentino Roca dejó una huella profunda en el proceso de construcción del Estado argentino. Su modelo político y económico transformó a la Argentina en una nación agroexportadora pujante, con proyección internacional y creciente desarrollo institucional.

Hoy, su memoria está presente en la Casa Rosada, donde se conserva su busto en el Hall de Honor, un retrato en el Salón de los Próceres y el cuadro “Retrato al Presidente Julio A. Roca” realizado por Rafael Del Villar en 1937, que se encuentra en el Museo Casa Rosada.

A 111 años de su fallecimiento, rendimos homenaje a Julio Argentino Roca, destacando su legado, su visión estratégica y su compromiso con una Nación fuerte, soberana y abierta al mundo.

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