Discurso del Presidente Javier Milei en la fábrica de Sidersa en San Nicolás - Presentación del Plan Argentina Grande Otra Vez

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Plan Argentina Grande otra vez - Discurso del Presidente de la Nación, Javier Milei, en Sidersa

Por favor, tomen asiento. O sea, encima de parado, ¿no? Bueno, buenas tardes a todos. Hoy es un gran día para el futuro económico de nuestro país. Ayer hemos logrado un apoyo histórico de los Estados Unidos a la República Argentina para proveernos de estabilidad en este momento de turbulencia política. El rumbo que la Argentina ha emprendido desde el 2023 le ha valido el reconocimiento del mundo entero. El coraje, el esfuerzo y la paciencia de todos los argentinos son un ejemplo para las naciones de Occidente, y Estados Unidos, entre ellas, ha elegido acompañar esta hazaña brindándonos su apoyo financiero en un momento en el que las fuerzas del pasado luchan con todas sus fuerzas para arruinar de nuevo el futuro.

Este respaldo no es ni más ni menos que histórico para nuestras naciones, de una escala que, para la gente de a pie, es muy difícil imaginar. Confío en que este será un hito fundacional de esta nueva era que, como país, estamos comenzando y nos permitirá avanzar en la construcción de la Argentina que estoy convencido de que todos deseamos.

Esto ocurrió tan solo ayer. Hoy, a primera hora de la mañana, celebramos la firma de la inversión más grande de la historia argentina. Se trata de un acuerdo entre YPF y la ENI, la empresa de hidrocarburos de capitales italianos, que permitirá exportar entre 12 y 20 mil millones de dólares de gas natural licuado al año. En total, comprenderá una inversión de 30 mil millones de dólares en Argentina a lo largo de los próximos cinco años. Esto lo convierte en uno de los desarrollos energéticos más importantes de toda América Latina.

Pero no solo eso: a las pocas horas, OpenAI, la empresa de inteligencia artificial más importante del mundo, anunció su intención de invertir 25.000 millones de dólares en desarrollar data centers en nuestro país. Quieren convertir a la Argentina en el tercer hub de inteligencia artificial del mundo. O sea que, en el rango de seis horas, hemos tenido el gusto de que se anuncien inversiones por un total de 55.000 millones de dólares en la Argentina. Inversiones que van a significar decenas de miles de puestos de trabajo directos e indirectos, y que vienen a cambiar para siempre el rol de nuestro país en el mundo. Como les digo, el mundo vuelve a mirar a la Argentina porque ven que el futuro será distinto al pasado. Por eso no es casualidad que hoy estemos aquí, en Sidersa, una de las primeras empresas en adherirse al RIGI, para celebrar otro hito de grandes inversiones en nuestro suelo. Con una inversión de casi 300 millones de dólares, Sidersa está construyendo una planta de aceros largos con una capacidad de 360.000 toneladas anuales. Enhorabuena para sus directores y trabajadores. ¡Felicitaciones! Y, en ese sentido, aprovecho para agradecer al dueño y líder de Sidersa, Hernán Spoto, por habernos recibido de forma tan generosa, y al Intendente Santiago Passaglia por ayudarnos a coordinar esta visita.

Como todos saben, durante el último año y medio nos dedicamos a ordenar la macro a toda costa, porque sabemos que es la base del crecimiento económico. Es por ello que hoy también queremos anunciar una serie de reformas económicas dirigidas a apuntalar este proceso de crecimiento inédito en nuestra historia. Con la macro andando con viento en popa, urgen las reformas que dinamicen la micro. Estas reformas serán beneficiosas para toda la economía: van a beneficiar a más de medio millón de pymes que hay hoy en el país, también a las empresas grandes y, fundamentalmente, a los trabajadores —ya sean empleados, autónomos o informales—, porque van a motorizar la creación de cientos de miles de puestos de trabajo en blanco en el sector privado. Por eso, hoy hemos invitado a representantes de pymes de distinto tipo y tamaño, oriundos de San Nicolás, sí, pero también de Zárate, de Arrecifes, de Campana, de Capital Sarmiento y de Pergamino. Ustedes van a ser los protagonistas de este cambio de paradigma.

Como seguramente ustedes sepan, venimos de 15 años de destrucción del empleo por malas políticas, por partida doble. Mientras, por un lado, se bajaba la productividad debido a la incertidumbre macroeconómica, por el otro se aumentaba el costo laboral a causa de la litigiosidad: que no se haya creado un solo puesto de trabajo registrado en el sector privado en todo este tiempo no debería sorprender a nadie. Por eso, quiero anunciar que estaremos impulsando una reforma general del régimen laboral para darle previsibilidad a las empresas e incentivar la contratación formal. Por demasiado tiempo, la incertidumbre jurídica respecto al contenido de los contratos de trabajo, sobre costos y temores a las pymes frente a cada contratación, empujando así a cientos de miles de trabajadores a la informalidad.

Por estos motivos, tener una pyme se volvió una tarea de alto riesgo que consume la vida y la salud de cualquier argentino a su cargo, porque al riesgo propio de cualquier negocio, y más en Argentina, se le suma el riesgo laboral. Pero si nadie quiere crear empresas, se detiene la creación de trabajos, porque las pymes generan el 70% de los empleados en este país. No quedan dudas de que, aparte de la estabilización macroeconómica, las pymes necesitan, para poder despegar, una reforma profunda en el mundo del trabajo. Esto significa que los trabajadores también la necesitan, porque cuando hay más demanda de empleo con la misma oferta, el precio del trabajo —que es el salario— sube. Y esto es, en particular, importante para los jóvenes, ya que el 50% de la masa laboral hoy es sub 35. Como siempre decimos, no hay nada mejor para un trabajador que una empresa, y no hay nada mejor para una empresa que un trabajador. Necesitamos recomponer este vínculo sagrado para que cada vez haya más empresas contratando y más trabajadores, trabajando.

Necesitamos un marco jurídico en lo laboral claro, simple y predecible. Un marco que deje de ser un obstáculo para la contratación, para pasar a ser una herramienta para el crecimiento, el desarrollo y la prosperidad. Por eso, en primer lugar, pretendemos impulsar la negociación de los convenios colectivos de trabajo. El objetivo es impulsar nuevas negociaciones colectivas que adecuen los marcos contractuales a la realidad productiva y laboral actual, dejando atrás estructuras vigentes desde hace más de 70 años. Esto fomentará la negociación y el vínculo entre la parte empleadora y la parte sindical.

Con esta nueva reforma, las cámaras y los sindicatos se van a poder sentar a negociar. Quienes quieran volver a elegir los esquemas establecidos hace más de 70 años van a poder hacerlo, pero ello debe ser fruto de una negociación que busque poner al país adelante. Es decir, si nadie quiere cambiar los marcos, se acordarán y seguirán esos marcos, y aquellos que lo quieran modificar van a tener la opción de hacerlo. Es decir, lo que estamos dando es la flexibilidad de ir a situaciones con mayores posibilidades para que se pueda así generar una mayor cantidad de puestos de trabajo y mejores salarios.

También reduciremos trabas burocráticas para que los procesos registrales puedan hacerse de manera digital, ahorrando tiempo y costos para todos. El objetivo es simple: queremos que no sea necesario contratar un contador ni un abogado para montar una empresa y generar empleo formal. Para recomponer este vínculo entre trabajadores y empresarios, al mismo tiempo es necesario quitarles poder a gente que buscan dañarlo por su propio beneficio, como por ejemplo los caranchos laboralistas, que son capaces de llevar a una pyme a la quiebra y empujar a sus trabajadores al desempleo con tal de cobrar un juicio. Esta reforma laboral está orientada a terminar de una vez y para siempre con la nefasta industria de juicio, que ha redundado en que no se genere un solo puesto de trabajo genuino neto en la Argentina en los últimos 15 años. Para esto, vamos a buscar eliminar la discrecionalidad de parte de los jueces laborales a la hora de dictar sentencias. Estos jueces, en muchas circunstancias, a través de la imposición de altas tasas de interés y fallos arbitrarios, envían directamente a la quiebra a las pymes por la imposibilidad de hacerle frente a los pagos.

Por último, se pretende otorgar mayores libertades a la hora de pactar contratos laborales, como por ejemplo la posibilidad de fijar el contrato en la moneda que ambas partes decidan, sin topes, los que existen en la actualidad. Si alguien quiere cobrar el 100% de su salario en dólares, va a poder hacerlo. A su vez, se prevé la posibilidad de incorporar un sistema de banco de horas, que facilita la compensación de jornadas variables para responder a demandas estacionales o temporales, promoviendo un equilibrio entre productividad y bienestar.

Como ya dije, el fin de este plan es dinamizar la economía desde lo más grande a lo más pequeño, porque las grandes empresas que acceden al RIGI necesitan, a su vez, proveerse de los bienes y servicios que ofrecen empresas más pequeñas. Una planta flotante de licuefacción de gas puede requerir de aceros largos para su construcción; una planta de aceros largos puede, a su vez, requerir de fabricantes de hornos, de proveedores de sistemas de control y automatización, transportistas, laboratorios para evaluar la calidad del acero y tantos otros rubros más, porque en la economía real todo tiene que ver con todo. Por eso, dinamizar el mundo del trabajo es algo que va a mejorar la situación para todos, haciendo que más empresas se animen a invertir en Argentina, potenciando este círculo virtuoso que hará a la Argentina grande una vez más.

En segundo lugar, queremos llevar adelante una reforma tributaria que tenga como norte la simplificación de impuestos. Por esto, vamos a buscar eliminar cerca de 20 impuestos que entorpecen a la economía argentina, sin tener un impacto recaudatorio. Los argentinos parecieran que somos fanáticos de inventar impuestos ridículos y distorsivos, que complican más de lo que recaudan. Venimos a cortar de cuajo con esta adicción y a simplificar de una vez por todas nuestro sistema tributario. El segundo componente de nuestra reforma tributaria es una renovación del régimen de ganancias para las personas humanas. En este sentido, nuestra propuesta ampliará las condiciones de deducibilidad de gastos para reducir la carga personal del impuesto y, a su vez, fomentar la facturación. El incremento de transacciones formales en la economía aumentará, por su parte, la base imponible y mejorará la recaudación.

El principio rector es sencillo: si pedís la factura, vas a poder pagar menos ganancias. Argentina tiene un problema de informalidad muy grave, y por esto distribuye ineficientemente la carga fiscal del Estado. Esto no es culpa del pagador de impuestos, sino de la política que durante años le hizo imposible la vida al que hacía las cosas bien. Por eso, el desafío de esta reforma es poner los incentivos en regla, para que blanquear sea más provechoso que evadir.

Si queremos bajar impuestos de forma sostenida en el futuro, necesitamos ampliar la base imponible, y eso no va a ocurrir nunca si el fisco sigue tratando al pagador de impuestos como un criminal. Por eso, estas reformas van de la mano del principio de inocencia fiscal, anunciado hace unas semanas, configurando una liberación burocrática y fiscal sin precedentes en la historia de la Argentina.

Todo esto es tan solo la primera etapa de las reformas que queremos llevar adelante, ni bien se constituya el nuevo Congreso y por primera vez en 25 años, aprobarla será posible, dado que el próximo Congreso será indudablemente más reformista que el actual. Lo digo principalmente por las decenas de diputados y senadores que La Libertad Avanza va a sumar, pero también porque sabemos que, por fuera de los inadaptados de siempre que creen que la economía se soluciona haciendo la danza de la lluvia, hay muchos diputados y senadores que, sin pertenecer al partido de gobierno, comparten el destino de país al cual conducen estas reformas.

Una vez aprobadas estas propuestas en el recinto, avanzaremos con la segunda etapa de reformas para mejorarle la vida a todos los argentinos. Dichas reformas incluyen una baja sostenida de los principales impuestos de la economía que afectan a las grandes mayorías. Esto será posible producto del aumento de la base imponible que traerán la reforma laboral y la tributaria que acabo de presentar. Incluye también una apertura comercial, para no limitar a las empresas argentinas a un mercado de 50 millones de personas y ofrecerles, por primera vez, un mercado de 8.000 millones de personas. Esto colocará el talento argentino en las góndolas y bocas de expendio del planeta entero, y a su vez estimulará la generación de más talento aquí.

A la vez, entendiendo que el comercio exterior funciona como una autopista de ida y vuelta, vamos a abrir las puertas de nuestro país para el ingreso de bienes y servicios de todo el mundo, para que las góndolas argentinas estén los productos argentinos, pero también aquellos productos que están en las góndolas de Montevideo, Ciudad de México, Nueva York, Barcelona y, por qué no, de Bangladesh o Tokio.

Por supuesto, este proceso tendrá una salvaguarda de competitividad para nuestro sector productivo, porque será emprendido una vez reducidas drásticamente las distintas dimensiones del costo argentino, entre las cuales se encuentran principalmente los impuestos, la burocracia y el costo del crédito. Estamos hablando, ni más ni menos, de un cambio de paradigma en la vida económica argentina y, en consecuencia, en la vida de todos los argentinos. Gracias a la reducción de trabas burocráticas, en la que ya hemos avanzado kilómetros; a la reducción de impuestos; a la reducción de la tasa de interés, como consecuencia del menor riesgo país; y a la reducción de la litigiosidad laboral, veremos una revolución productiva sin precedentes en nuestra historia. Esto redundará en la generación de cientos de miles de nuevos empleos registrados de aquí a 2027, y dejaremos atrás, de una buena vez, la época oscura que han significado los últimos 15 años de nuestra historia, en la que no se generó ni un solo puesto de trabajo genuino neto.
Por eso hemos bautizado este plan “El Plan Argentina Grande Otra Vez”, porque se trata de destrabar el poderoso efecto dominó del crecimiento económico. Esto es lo que me refiero con la mayor profundidad posible cuando le digo a los argentinos que estamos a la mitad de un camino que conduce a un solo lugar: la prosperidad.

Hace tan solo dos años nos animamos a emprender este camino de reforma profunda. Dar ese salto, que algunos decían que era el vacío, significó un riesgo muy alto para muchos; implicó arriesgarse a lo desconocido. Pero abandonar la falsa comodidad de las ideas que nos llevaron al fracaso es la única forma de llegar al otro lado. La única forma de llegar al otro lado es liberándonos de la atadura del pasado.

Por eso, sigamos adelante. No bajemos los brazos, no desistamos en el esfuerzo que estamos haciendo, y hagamos que el esfuerzo que ya hicimos valga la pena. El camino es arduo, pero hoy estamos más cerca que nunca de consolidar este rumbo que cambiará el país de forma definitiva. Finalmente, que Dios los bendiga a todos ustedes, a todos los argentinos, y que las fuerzas del cielo nos acompañen. Muchísimas gracias a todos.