Palabras del Presidente Javier Milei en la presentación de los "Voceros de la Libertad" de la Fundación Faro

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Palabras del Presidente Javier Milei en la presentación de los "Voceros de la Libertad" de la Fundación Faro

PRESIDENTE: - Hola a todos. Como siempre, es un placer estar aquí frente a ustedes, integrantes, colaboradores y amigos de la Fundación Faro que poco a poco se va convirtiendo en un enclave fundamental en nuestra gran batalla cultural.

Cuando empecé a dar la batalla cultural, hace ya varios años, yo era un economista que vivía de dar conferencias y escribir libros y muchas veces estaba más solo que Adán en el Día de la madre. Porque defender públicamente al liberalismo por aquellos tiempos era mal visto, y había pocos medios o espacios en los que me recibieran. No solo eso, recuerdo que en aquel momento las charlas creo que un ascensor nos quedaba grande, pero bueno, por suerte las cosas cambiaron para bien.

Hoy tengo un trabajo un poquito más exigente, y somos cada vez más los que defendemos esta causa. Pero nunca dejé de lado, ni voy a dejar de lado, mi rol como divulgador de las ideas de la libertad. Porque —aparte, dicho sea de paso— es la parte que más me divierte de mi trabajo. En todo caso, ahora que soy Presidente, mi responsabilidad por librar la batalla cultural es aún mayor, porque la palabra de un Presidente tiene un efecto más grande que la de un ciudadano común. Y porque, además de ser moralmente correcto dar la batalla cultural contribuye al éxito de las reformas que estamos llevando a cabo desde el Gobierno. Porque el apoyo social hace a nuestras reformas sostenibles en el tiempo y hace que en el futuro sean los propios ciudadanos los que defiendan su libertad y no se dejen pisotear nuevamente por los socialistas, de buenos o de malos modales. Están los muy totalitarios y están los amigables, pero son igual de siniestros.

Por eso siempre digo que, la gran gesta para cambiar la Argentina tiene tres frentes de batalla que, si bien son distintos el uno al otro, son igualmente indispensables. El frente de la gestión para diseñar e implementar las reformas profundas que el país necesita, de frente de la política donde construimos el poder institucional necesario para impulsar esas reformas y sostenerlas políticamente. Y por supuesto la batalla cultural, donde aseguramos que estos cambios sean sostenibles en el largo plazo educando al soberano, dicho de otra manera, que quienes tengan ojos empiecen a verla de una vez por todas.

Precisamente viene al caso la Parashá de esta semana que pasó, que dice… Estas son las palabras que habló Moisés a todo el pueblo de Israel. Aclaro que no me estoy creyendo Moisés —aviso—, estoy solamente citando la Parashá de la semana pasada. Por favor, aclaro porque...Porque vieron que parece que en Argentina algunos se van a morir de literalidad. Entonces, ya tengo que tener cuidado hasta cuando hago las citas. Pero los sabios nos explican que las verdades que habló Moisés deben estar vistas y estudiadas por nosotros en cada día como algo nuevo. Por eso el énfasis en la palabra éstas. Para dar contexto, esta Parashá da inicio al quinto y último libro del Pentateuco, o sea, la Torá, donde el pueblo hebreo, habiendo caminado el desierto por 40 años, ya estaba muy cerca de la Tierra Prometida. Y cuando estaban a punto de llegar, justo antes de ese momento tan importante, Moisés repite los eventos de todo el Éxodo, repasando con el pueblo todo lo que sucedió hasta que llegaron allí. Les acentuó la importancia de vivir cada día de manera renovada las verdades que le permitieron llegar a su destino y que le permitieron alcanzar la libertad.

Es decir, fíjense que al ingresar a la tierra prometida, el pueblo judío podría empezar a pensar que ya no sería tan necesario seguir estudiando la Torá, ya que habían logrado su objetivo. Sin embargo, Moisés les dejó en claro que cuando se obtienen las conquistas es precisamente cuando uno no se puede relajar, ahí debemos levantar aún más la guardia y ser aún más aplicados. Esta reflexión es fundamental para entender la batalla cultural, porque nos enseña que una victoria política no es el fin de la lucha por las ideas, sino el comienzo de una nueva lucha para defenderlas. Concretar un desafío significa la aparición de un nuevo desafío y así sucesivamente. Esto es muy interesante porque a veces se nos acusan de estar repitiendo sistemáticamente los logros, pero a veces, uno tiene la sensación o que se subestima la tarea o que sean olvidado de que estábamos frente al abismo. Es decir, nosotros asumimos con la peor herencia de la historia de la Argentina. Combinábamos la crisis, por ejemplo, el desequilibrio monetario en términos de money overhang peor que el 1975. Es decir, la previa del rodrigazo. Teníamos un balance del Banco Central que era peor que el que tenía Alfonsín en la previa de su hiperinflación y teníamos además, indicadores sociales que eran peores que los del 2001. Es decir, que teníamos la combinación de todos los males y la realidad es que frente a semejante titánica tarea y quiero pedir un aplauso para nuestro Ministro de Economía, el mejor Ministro del mundo.

A veces parece que se olvidaran de dónde venimos. Entonces, yo creo que vale la pena señalarlo, porque parece que los que hoy tanto reclaman por las jubilaciones, por ejemplo, son los mismos que en su momento vetaron y que decían que se le estaba declarando la quiebra al Estado, y que dejaron jubilaciones de 80 dólares y que hoy están arriba de 320 dólares, o sea, se multiplicaron por cuatro. O había salarios de 300 dólares y ahora son de 1100 dólares. Y entonces ahora vienen a decir “No, no se llega a fin de mes”.

Bueno, digo que además convengamos que está claro que la frase suena muy interesante, para ponerse sensiblero ¿sí? y es muy interesante porque si fuera cierta ustedes tendrían que caminar por la calle y tendría que estar llena de cadáveres, es decir, alguien se puso entonces a pensar en serio esa pelotudez porque en definitiva, si fuera cierto las calles serían bastante más complicadas y además, es un insulto a quienes obviamente hacen un gran esfuerzo para tratar de seguir adelante por la vía honesta digo claro esa vía, los kukas y gran parte del periodismo no la conoce.

Recuerdo el otro día pasaban un zócalo, donde en un programa de televisión de un periodista que siempre que puede hablar mal de mí lo hace, y uno que, cuando se hizo la mala interpretación forzada de mi segundo discurso de Davos, que tomaron un párrafo, quitaron dos del medio, dejaron el último para hacerme decir algo que no dije, una persona salió a defenderme. Y sucede que otra, desde España, que estaba presentando su libro, periodistas este, lo llamó a decirle: “No, no, ¿cómo lo vas a defender? Es el momento de pegarle ahora para voltearlo”. Entonces pasaban un zócalo que decía, por ejemplo: “Alivio económico: este año la inflación no superará el 100%”. Qué interesante, ¿no?, de cómo cambiaron en... Ah, tengo una visita de lujo, hay una visita de lujo. Está filmando ahora, bajate el teléfono, pero tenemos el honor de tener acá, ponete de pie, al hermano de Mike, Pablo Boggiano, el director de orquesta. Estás cada día más parecido a Muti… Así es que, tenemos que tomar conciencia de dónde venimos. Si es necesario vamos a tener que seguir repitiendo, porque los kukas parece que nos hubieran dejado en Suiza y nosotros generamos una masacre, cuando en realidad los que destruyeron y se consumieron el capital empobreciendo a la gente fueron ellos.

Además, esto también quiero... esto es una reflexión que tuve durante la última semana, y es: es mucho más fácil destruir que construir, ya que construir requiere de mucho tiempo. Por eso, el esfuerzo de construir tiene que ser sostenido a lo largo del tiempo y no debemos encandilarnos o conformarnos con logros que son meramente pasos intermedios en nuestro largo camino. Si lo pensamos en términos de la situación argentina, resulta imposible reconstruir en un año y medio lo que se lleva destruyendo hace casi un siglo, y por lo tanto también es demencial que otros nos exijan esa velocidad. Es decir, esto es lo que también es muy importante tener en cuenta: que construir requiere de mucho esfuerzo, de mucho trabajo, demanda tiempo, y destruir es mucho más fácil. Por eso a veces uno también tiene esta reacción frente a los que solamente se dedican a destruir o que simplemente ignoran. Hay gente que directamente ignora las restricciones, directamente. Hay otros que contemplan algunas restricciones, y solamente los que estamos acá en el Gobierno, sabemos las restricciones que enfrentamos y el tipo de problemas que se juega cuando uno está en el poder real. Entonces, llevamos casi 100 años de destrucción. Por eso me gusta mucho la clasificación de ciclos largos de Federico Domínguez, que toma el caso argentino en ciclos: toma el 1853-1943, 1943-2003... entonces llama al primero el ciclo liberal, y es igual: Argentina se convierte, de ser un país de bárbaros, se convierte en una potencia mundial. 1943-2003... 2023, perdón, el ciclo en el cual, la decadencia, donde claramente los últimos 20 años fueron los peores de esa decadencia, que es cuando abrazamos las ideas colectivistas. Y el autor se pregunta si, bueno, si ahora viene el ciclo liberal. Bueno, estamos haciendo todo lo humanamente posible para que ese sueño de la Argentina grande nuevamente sea posible.

Y sinceramente, es un trabajo enorme y que a veces yo creo que no hay un orden de magnitudes de lo que estamos haciendo. Yo siempre digo que estamos haciendo el mejor Gobierno de la historia y básicamente es porque hay un trabajo que se llama Passing the Buck de Gerardo Della Paolera y hace junto a Bózzoli e Irigoin, en el cual evalúa los distintos gobiernos de la historia Argentina y demuestra que hasta ese momento el mejor Gobierno de la historia había sido el mejor Gobierno de Menem y básicamente, si uno se fija, ese Gobierno se caracterizó por dos cosas, por un plan de estabilización exitoso y por un conjunto de reformas estructurales y la realidad es que nosotros hemos logrado bajar la inflación de una manera mucho más rápida. En primer lugar, para los que se ponen a hablar y criticar, tenemos una primer gran diferencia: lo hicimos sin expropiaciones, nosotros no hicimos plan Bonex. Por lo cual, algunas personas deberían ser más cuidadosos al hacer evaluaciones sobre el programa actual, en especial si fueron cómplices o se beneficiaron de ellas al momento de estabilizar. No solo eso, sino que, pero bueno la vida está llena de ingratos. Hay algunos que ya entendieron.

Además no solo eso que lo hicimos sin expropiaciones, nosotros no tuvimos la hiperinflación previa o dos hiperinflaciones previas que destruyeran todos los activos financieros, entonces era obvio que la demanda dinero ya no podía caer más de lo que cayó y por ende la estabilización era más fácil, tampoco fijamos el tipo de cambio porque a veces nos critican gente de ese gobierno que tenemos la moneda apreciada y se supone y en ese momento estaba mucho más abajo la moneda ahí sí estaba bien pegadita ppp que sería un tipo de cambio de hoy de 700 pesos, es increíble porque gente de ese momento se queja del tipo de cambio, pero bueno ya sabemos cómo son los ingratos, no solo eso sino que además a diferencia de otros planes que primero ajustaban las tarifas para después mostrar un mejor logro nosotros fuimos ajustando las tarifas durante el proceso y de una inflación que viajaba al uno casi 1,5% diario que se manifestó en un índice de precios mayorista en diciembre del 54% que anualizado eso daba 17.000 y que había condiciones monetarias para que justamente se validara una inflación de ese calibre, de hecho, Ariel Coremberg hace poco hizo una estimación de los desequilibrios monetarios cuánto era la inflación potencial y le daba 18.000 así que están mal no está y hoy la inflación en Argentina en la punta viaja a un ritmo entre el 20 y el 25%, no sólo eso, si miramos mayoristas viaja a menos del 10, si miramos los alimentos y bebidas o la canasta básica viaja a menos del 10% y claramente en un contexto donde los salarios crecen sistemáticamente en términos reales desde el mes de abril, algo que permitió que a este Gobierno de “insensibles y crueles” hayamos sacado a 12 millones de personas de la pobreza y 2,5 millones de chicos de la pobreza, vaya que estamos haciendo las cosas bien.

Pero no solo eso. Si tomamos las reformas estructurales, por paquete de reformas, la reforma es 28 veces más grande que la que hizo Menem. Y si la tomamos por articulado, que es por donde claramente cuenta, es una reforma 80 veces más grande que la que hizo Menem. Es decir, hicimos más de 8000 reformas estructurales en un año y medio. Sin lugar a duda, soy un eternamente agradecido a todo el equipo de Gobierno, porque sin lugar a dudas estamos haciendo el mejor Gobierno de la historia.

Pero en definitiva, lo que tenemos que dejar claro es que, a pesar de todos estos logros mayúsculos, sacar al país adelante va a llevar tiempo. Es decir, no nos vamos a convertir en un país desarrollado de un día para el otro. Los procesos de convergencia pueden durar 30, 35 o 40 años. Entonces, no es solamente una cuestión de trabajar duro, sino que además hay que tener paciencia, hay que tener perseverancia, y por eso es tan importante la batalla cultural. La gestión es importante, la batalla política es fundamental. Gracias, Jefe, por todo lo que estás logrando.

Pero sin la batalla cultural no vamos a poder sostener las reformas en el tiempo. Esto va a requerir de una continua pelea, de una continua lucha, de estar continuamente dando la luz, ser faro de faros, en el fondo, hacia dónde queremos ir. Y eso es lo que tenemos que comentar. Es decir, de modo que, además de tener el norte claro, es fundamental contar con la fuerza de voluntad y la paciencia necesaria para llegar a destino.

Por eso debemos ser conscientes de que la lucha es constante, siempre habrá nuevos objetivos que alcanzar y siempre surgirán nuevos desafíos que debemos superar. Y por eso es tan importante la enorme tarea de la Fundación Faro en la defensa activa de las ideas de la libertad, ideas, sin las cuales, cualquier gobierno pierde rápidamente su rumbo y encalla en el acantilado del socialismo. Veo a mi alrededor a muchos de los presentes y también a quienes me precedieron en la palabra y encuentro un denominador común: nosotros no surgimos ni de la política ni del Estado, sino que somos, antes que nada, ciudadanos argentinos, somos patriotas preocupados por el destino de nuestro país. Haber llegado a donde llegamos es la viva muestra de que la sociedad civil puede y debe tomar la plaza pública. Demostramos que para hacer una diferencia hay que meterse en el barro del debate, y por qué no, también de la política. Tenemos en claro que no podemos seguir siendo meros espectadores, porque si nosotros no nos defendemos activamente, la casta nos va a pasar por encima. Siempre lo digo: los goles no los hace la tribuna, sino los jugadores en la cancha. Y aunque creamos que podamos hacer poco, la diferencia entre hacer poco y no hacer nada ya es, de por sí, infinita.

Por eso, Diego Recalde, Mike Boggiano y Ramiro Castiñeira, son un gran ejemplo a seguir, porque ellos no solo se ocupan de sus actividades particulares, sino que hacen cada día el esfuerzo de exponer sus ideas en público y atacar a los infinitos voceros pagos del partido del Estado y desde ya, que todo esto lo hacen con un gran costo personal y a menudo profesional. Por eso les digo: Bienvenidos a los voceros de la libertad.

Ellos y muchos otros se meten de lleno en el campo minado de la discusión política para defender posiciones silenciadas por la casta parasitaria, porque los cultistas del Estado hacen todo lo que está a su alcance para que las únicas ideas que lleguen a la gente sean las suyas, las ideas nefastas que producen su modelo criminal de pobreza y sometimiento. Haciendo un paralelismo histórico, en la Grecia antigua los hombres libres eran aquellos que podían participar del debate público, y para ello se necesitaba tiempo libre, cosa que los esclavos no tenían por estar trabajando de sol a sol.

En la Argentina, en las últimas décadas, sucedió algo parecido: los ciudadanos honestos fuimos obligados a trabajar más y más para sostener con impuestos las vidas extravagantes de los políticos. Y claro, estos aprovechaban el excedente de tiempo libre para pasarse alegremente por los canales de televisión promoviendo sus propias ideas confiscatorias. De modo que la izquierda política cuenta con una ventaja estructural en la batalla cultural, porque apoyada en el favor que da el poder político, se dedicó durante décadas a infiltrarse en todas las instituciones posibles, subvirtiendo sus valores y moldeándolas para impulsar su agenda. Una operación que, para muchos, sería invisible si no fuera por el gigante aporte de mi gran amigo y director ejecutivo de esta fundación, Agustín Laje.

Así, los políticos, los empresaurios, los sindigarcas, los perisobres y toda la casta ampliada, terminó repitiendo el mismo conjunto de ideas casi como si se tratara de un chip en el cerebro, que son ideas contrarias a las nociones más básicas de libertad. Esto es lo que Axel Kaiser ¿Dónde estás Axel? Felicitaciones por tu trabajo. Ya que estamos aplaudamos también a Adrián Ravier, que además va a ser candidato nuestro de La Pampa. Y que Axel desarrolló ampliamente en su libro Parásitos mentales, el cual sugiero enfáticamente que lo lean. Vamos, rompan el chanchito. Esas ideas que a simple vista parecen inocentes y que se alimentan de nuestras buenas intenciones, pero que a la larga conducen a la miseria. Ideas que son promovidas activamente por la casta política mediante la propaganda estatal y paraestatal, y que tienen como propósito legitimar la expansión ilimitada del sector público.

Aclaro que cuando hablo de parásitos mentales no me refiero a personas. Las personas son víctimas de estas ideas alojadas en un cerebro a fuerza de décadas de adoctrinamiento colectivista. El punto es que, una vez que las ideas —estos parásitos mentales— le toman la cabeza, cuanto más le toman esa cabeza, el problema es que los convierten en zombis, es decir, los convierten en una secta, que es básicamente lo que son: la secta kuka. Es decir, no importa el dato que presentes. Por ejemplo, ustedes les presentan el dato de inflación: dicen “no, la inflación la estás mintiendo”; les ponen el dato de pobreza: “no, la pobreza está mintiendo”. Claro, si ellos habían directamente eliminado el indicador porque era estigmatizante.

Porque en definitiva, y extendiendo a otros planos, el ladrón cree a todos de su misma condición. Y aclaró, extendiendo también a otros planos. Quien quiere entender, que entienda. Está muy afilado Recalde y entiende todo lo que estoy diciendo.

Un primer ejemplo de parásito mental es la noción de justicia social, que de justicia social no tiene nada, dado que parte de la injusticia de arrebatarle a uno por fuerza, para darle a otro. Es decir, le roba el trabajo a una persona para repartirlo arbitrariamente. Tiene dos problemas, no. Porque tiene el robo que la precede y tiene el trato desigual frente a la ley y que en el fondo es ni más ni menos que hacer caridad con dinero ajeno. Y esto naturalmente nos lleva a otro parásito mental que es la noción de derechos sociales. Dicho esto, son los dos primeros capítulos del libro de Axel. Según este parásito, a partir de cada diferencia, sea cual sea nace un supuesto derecho que solo puede ser resuelto por vías de la intervención estatal. O sea, gasto público pagado con impuestos presentes o futuros.

El asunto es que como gracias a Dios, las diferencias son infinitas entre cada uno de nosotros y digo gracias a Dios, porque si no lo fueran, no habría división del trabajo y en consecuencia no habría cooperación social y económica eficiente, ni prosperidad. El punto de llegada de esta perspectiva es la intervención Estatal total y a la apropiación total del producto privado para su futura distribución. Dicho de otra forma, aplicar esta idea en sus últimas consecuencias lleva al totalitarismo. Me iba a estar anticipando a otra parte que viene el discurso y me acordé y por ahora no me desvío, me desvío dentro de un rato.

Además, ni con ello alcanzaría, porque se trata de algo que es lógicamente contradictorio: la inflación de derechos genera expectativas ilimitadas en la gente y autoriza y exige al Estado cumplir esas expectativas. El problema está en que los derechos hay que pagarlos, y mientras que las expectativas de la gente son infinitas, los recursos sí son finitos. O sea que, para poder cumplir con semejante disparate, habría que incumplir la primera ley de la economía, que es la ley de la escasez. Como dice Thomas Sowell, la primera ley de la economía es la escasez, es decir, no hay de todo para todos. ¿Y cuál es la primera ley de la política? Violar la primera ley de la economía. Algo de lo cual nosotros hemos aprendido bastante, ¿no? Porque el otro día —estoy tratando de moderar mis palabras— había un sujeto...con una pluma envenenada que básicamente decía: no, un plan no es solamente el equilibrio fiscal, habilitando a los degenerados fiscales, porque en el fondo el déficit cero sí es una política y se llama respetar la restricción de presupuesto, y no respetar la restricción de presupuesto a los argentinos nos salió muy caro. De hecho, los 123 años previos a nuestra llegada al gobierno, salvo en 10 períodos, siempre hubo déficit, siempre, y los que no hubo era porque estábamos en default, con lo cual era falso que no estábamos con déficit. Entonces, si durante 123 años nadie lo pudo hacer y vinimos y lo hicimos nosotros, que además decían que era imposible, por ejemplo que era imposible bajar el gasto público en un punto del PBI, y nosotros en el primer mes hicimos un ajuste de siete puntos del PBI, el gasto público en términos reales bajó más de 30%, y decían que era imposible. Después se recompusieron algunas partidas, el ajuste final terminó siendo de cinco puntos del PBI. Y eso se logró en un mes. Esto es interesante porque hizo un estudio Federico Sturzenegger sobre los ajustes fiscales de mitad del siglo XX para acá, y hay solamente 24 casos en los cuales se hizo una baja del gasto público de esta magnitud. Lo interesante es que los 23 casos restantes fue después de una guerra, lo cual es bastante claro, no: sube el gasto por el gasto bélico y termina la guerra y se baja el gasto. Por lo tanto, hemos hecho algo que no se hizo nunca en la historia reciente, seguramente. Pero no solo eso, si además sumamos el ajuste en el balance del Banco Central de 10 puntos del PBI, básicamente es el ajuste fiscal más grande de la historia de la humanidad hecha en 6 meses.

Acá también quiero hacer una nota de color porque en una de las entrevistas que dio Toto son todas muy buenas, pero hay algunas que tienen algunas cosas que ya superan a lo extraordinario y que también muestra la enorme tarea de este otro coloso que está acá que es Santiago Bausili, el Presidente del Banco Central, en un momento señala porque nosotros teníamos un déficit fiscal de 15 puntos del PBI 5 era en el Tesoro y 10 en el Banco Central y esto es muy interesante porque lo que muestra Toto es que aún cuando hubiéramos hecho el ajuste en el fisco si no arreglábamos el desastre del Banco Central, la hiperinflación hubiera ocurrido igual con el agravante que además nos hubieran dicho que tuvimos una hiperinflación aún haciéndole el ajuste fiscal, imagínense lo que sería en términos de batalla cultural, lo más interesante igual de todo esto es que cuando nosotros, primero decían que era imposible, después cuando lo empezaron a ver dijeron que no era sostenible, después empezaban a decir que nos íbamos a hundir en una tremenda recesión y eso también digo podría ser entendible a la luz de la bibliografía de que hay en la materia, lo más interesante es que nosotros hicimos tremendo ajuste y lo más increíble y es el motivo por el cual en el mundo se habla del milagro argentino es que en el primer año si ustedes comparan diciembre del 24 con diciembre del 23 el producto bruto subió 6%.

Así es que tenemos algo para decir y para aportar, que es, nosotros sabemos hacer un ajuste que baje la inflación que no sea recesivo y saque un cuarto de la población de la pobreza. Entonces, en el fondo, volviendo al tema de los parásitos mentales, estos parásitos mentales esconden una deformación del concepto de libertad. Si para el liberalismo la libertad es la posibilidad de perseguir un proyecto de vida en un contexto de igualdad ante la ley, para el colectivismo solo existe libertad si hay garantía de éxito para todos. La izquierda no concibe que como los individuos son tan variados, cada uno hará uso de su libertad como le parezca y vivirá con las consecuencias. Lo que pasa que cuando ustedes toman la definición de libertad, por ejemplo libertad de Hayek, libertad es que ustedes pueden, mientras que no estén afectando a terceros, ustedes son libres de hacer lo que quieran. Ahora, eso sí, también se tiene que hacer cargo de los costos. O sea, libertad y responsabilidad, son dos caras de la misma moneda. Pero bueno, qué le van a hablar de responsabilidad a tipos que impulsan un buraco fiscal de 2.8 del PBI, o sea, se fumarían una YPF por año. Los sensibleros.

Es decir, para ellos todos deben poder acceder a los mismos bienes, debiendo ser el Estado quien administre la vida de los individuos, pasando de la igualdad ante la ley que propone el liberalismo a un contexto de mal llamada igualdad de oportunidades, donde como vimos todo lo que nos hace únicos como individuos, se desvanece. Para colmo después dicen defender la diversidad y la pluralidad. El problema con todas estas cosas es que violan la restricción de presupuesto. Es decir, la interpretación que tenemos acerca de este parásito mental es que el tema de los derechos sociales aparece frente al fallo del parásito - se me acaba de meter un pelo en el ojo y no saben lo que me molesta - pero aun así no tanto como para hacer seguir aumentando el contador de insultos. Voy a hacer esto: voy a dejar de usar insultos a ver si están en condiciones de poder discutir ideas. Porque yo creo que discuten las formas porque carecen de nivel intelectual suficiente para discutir las ideas.

Igual quiero hacer una nota de color: había un señor que fue presidente que era un insultador serial, le decían “El Loco” y fue el que transformó la educación argentina. El señor se llamaba Domingo Faustino Sarmiento. Según este conjunto de abanderados y exquisitos de las formas, lo hubieran directamente condenado a la hoguera. Pero bueno es así… la dictadura de las formas, vamos a enfrentarlos respetándoles sus formas, así de una vez por todas a ver si muestran tener nivel intelectual para poder darnos la batalla en las ideas. O sea, lo único que hacen es como no pueden responder en las ideas, se apalancan sobre las formas. Así que ahora les estamos lanzando un desafío, abanderados de las formas, ahora vamos a usar las formas que a ustedes les gustan. ¿Saben para qué? Para que queden en evidencia que son una cáscara vacía.

Pero estas ideas que suenan bonito, de la igualdad de oportunidades y demás, ahí hay un cuento llamado Harrison Bergeron de Kurt Vonnegut, que retrata un mundo perfectamente igualitario, donde existe un discapacitador general cuyo trabajo es asegurarse que nadie sea más inteligente que nadie, más fuerte que nadie, más rápido que nadie ni más lindo que nadie. Los que tenían una belleza particular debían llevar una máscara horrible o meter demandas para afearlos y, a los más inteligentes, debían llevar un auricular que emitían chillidos que le impedían pensar. Esa es finalmente la utopía que proponen los socialistas, es decir, en el fondo es como que no sé, igualdad de oportunidades, entonces, no sé, sucede que ahora me gusta jugar al tenis, entonces para poder tener igualdad de oportunidades y tuve el privilegio de recibirlo a Djokovic en Olivos, entonces, imagínese que me hubiera gustado vestirme de jugador de tenis y jugar un partido con él. Ahora, igualdad de oportunidades, podría haber hecho transitorias o permanentes. Voy a ir por las transitorias porque no son tan graves, pero ¿qué? Le tendría que haber encadenado un brazo, una pierna y que el pobre de Djokovic juegue así o imagínense estas hipótesis de la igualdad en un equipo de básquet. Esto es interesante, porque si el equipo de básquet, claramente los que son más altos tienen alguna ventaja, no. Entonces ¿qué harían? le cortarían las piernas hasta que queden todos iguales de altura que Mike. Claro, pero Mike quiere jugar al básquet, le tienen que dar igualdad de oportunidades.

Y esto, más allá de que le pueda decir esto a Mike, estos chistes porque soy amigo espero no estés ofendido, a ver si todavía me demandas porque te sentís ofendido y crees que te quiero hacer un ataque institucional a tu nuevo rol en Fundación Faro, pero más allá de eso hay algo que es muy interesante porque cuando ustedes les hacen estos planteos a los socialistas jamás van a aceptar que ellos igualan para abajo eso jamás van a aceptar eso. Ellos dicen que no: que la igualdad es para arriba. El problema es que eso es falso porque viola la restricción de presupuesto. Supongamos que yo tengo una economía que produce 100 y hay un grupo que se lleva 20 y otro se lleva a 80, bueno ¿qué es lo que pasa si yo quiero que los dos tengan lo mismo? bueno, en principio no podría tener una situación en los que en la que los dos se llevan 80 porque para que los dos se lleven 80 yo tendría que producir 160 y estoy produciendo 100 con lo cual lo primero que me va a estar pasando es que violo la restricción de presupuesto y violar la restricción de presupuesto no es de desalmado, no es que uno quiere respetar la restricción de presupuesto porque no tiene corazón porque no es sensible sino porque la solución a negar la restricción de presupuesto es muchísimo peor porque el intento de que todos ganen 50, el problema es que el que genera por 80 no va a estar dispuesto a que le paguen 50, entonces qué va a hacer, va a ajustar su producción a que sea 50, si el otro no producía por 50, por lo tanto lo que va a pasar es que se van a ir a 70. Entonces si ustedes con esta dinámica insisten, lo que van a hacer es expulsar a los talentosos, algo que hacen los socialistas siempre ¿no? terminan expulsando a la gente talentosa, sino que además la violación de la restricción del presupuesto o la financian con deuda —es decir, con impuestos futuros—, condenando a la miseria a generaciones futuras, como lo que hicieron los demagogos populistas del Congreso o lo financian con emisión monetaria y terminan quitándole 13 ceros a la moneda (y le podríamos sacar tres más). Y no solo eso, sino que además condenan a la miseria a los más vulnerables ¿Grupo que está dentro de los más vulnerables? Los adultos mayores o sin otro reparo, subir los impuestos explícitos, con lo cual terminan atentando contra el crecimiento económico. En definitiva, el remedio termina siendo peor que la enfermedad y, además, hay una frase de Hayek, que es maravillosa, que dice: "Si los socialistas supieran de economía, no serían socialistas". el conocimiento económico conduce al liberalismo. Pero bueno, esta gente, bueno, son zombies. Y por eso nuestra tarea, ahora que tomamos el Leviatán por las astas no es menos titánica que estando afuera. Porque el partido del Estado corre con décadas de ventaja. Llevan décadas de inocular en nuestra población estos parásitos mentales que se volvieron sentido común. Y se volvieron sentido común hasta el punto de que los dan por cierto mucha gente que no votó ninguna versión del colectivismo en su vida, sea peronismo, kirchnerismo, socialismo, socialdemócrata o, incluso comunistas, como el enano soviético Kicillof.

Nosotros tenemos el mandato de desarmar la estructura tentacular que los cultistas del Estado armaron para meterse en todos los aspectos de la vida de las personas. Los que como hacía Procusto en la Antigua Grecia, le cortan las piernas al pueblo para que amolde a su ideal retorcido de igualdad y para llenar su cabeza de parásitos mentales. Es interesante el caso de Procusto. Procusto era una persona que estaba profundamente involucrada con la igualdad. Y esto es interesante como metáfora. Procusto invitaba gente a la casa, entonces los invitaba a cenar y les daba de beber para que quedaran alcoholizados. Y cuando ya estaban muy alcoholizados, Procusto era tan generoso que los invitaba a quedarse a dormir. Entonces, si eran muy altos, le cortaba las piernas; si eran muy anchos, les cortaba los brazos; si eran muy cortos, los estiraba. Es decir, el tipo era un sanguinario. Y eso es el igualitarismo. De eso se trata la guillotina de la igualdad: es profundamente violenta, sanguinaria y, sobre todas las cosas, empobrecedora.

Por lo tanto, pero si solo nos enfocamos en reformar el Estado nacional y descuidamos las provincias y municipios, estos distritos van a servir de refugio para que los agentes de la casta se guarden durante la tormenta y desde ahí, no tengan dudas que van a reunir fuerzas para luego volver a deshacer todo lo logrado. Ellos ya admiten que piensan volver peores. De hecho, admiten abiertamente que van a volver peores. Un día vi pasar un Twitter que cuando habían terminado las facultades delegadas y Federico publicó todos los entes que se habían eliminado, saltó uno de estos zombies, parte de la secta y salió a decir: acá está el programa de gobierno, del próximo gobierno, que es romper todo lo que hace este gobierno. O sea, la propuesta de ellos es solamente destruir. Así es que habrá que seguir luchando para, no solo defender lo que hemos logrado, sino además para seguir construyendo. De hecho, sin ir más lejos, hoy día Kicillof dedica una buena parte del presupuesto de la provincia de Buenos Aires a alimentar a un ejército de funcionarios sin función alguna. Como si esto fuera poco, también se da el lujo de financiar a todos los canales de streaming del país, aunque tengan 10 reproducciones. O sea, hasta él, que de pensar no sabe mucho, sabe lo importante que es dar constantemente la batalla en el reino de las ideas y de la cultura.

La provincia de Buenos Aires es un lugar donde el aparato propagandístico de Kicillof ha hecho verdaderos estragos, infectando la mente de millones de bonaerenses que, aun viviendo en la miseria más afecta, siguen cautivos por el kirchnerismo. El poder de las ideas y de estos parásitos mentales es tal que, bajo una ilusión de justicia social y derechos, conduce a sociedades enteras al precipicio. Por eso, estas elecciones legislativas en septiembre debemos hacer hablar a la realidad misma, tenemos que pedirles a los bonaerenses que miren a su alrededor y evalúen qué ha pasado con la provincia en las últimas décadas y en los municipios, que miren, por ejemplo, la gestión de personas como mi querido amigo Diego Valenzuela.

Las elecciones tienen que ser un espacio para que la gente pueda expresar si a lo largo de todo este tiempo las provincias han mejorado o no, si la seguridad ha mejorado o no, si caminan cada día con más tranquilidad por la calle o no, si ha invertido en mejorar la calidad de los servicios esenciales que tiene que asegurar un Estado o si se despilfarró el dinero de la gente en asuntos inconducentes, dejando desatendida las necesidades más básicas.

Finalmente, los bonaerenses deben decidir si el desproporcionado y costoso Estado provincial ha servido el bienestar de la sociedad o, si por el contrario, se pagan cada vez más impuestos para pagarle el salario a ñoquis que no trabajan, amigos de Kicillof, militantes de Kicillof o militante del parasitismo del partido del Estado. Por lo tanto, repito, de esto se trata precisamente la elección que los bonaerenses van a tener el 7 de septiembre: decirle que no a décadas tras décadas de miseria sostenida en la provincia de Buenos Aires, que hoy encarga el inútil esférico de Kicillof. Inútil esférico es porque es inútil lo miren por dónde lo miren. Decirle que no a los impuestos confiscatorios, decirle que no a un Estado que gasta en estupideces, pero fracasa en cumplir sus necesidades básicas y decirle nunca más al kirchnerismo, el experimento de gobierno con el que se insiste hace décadas, pero en la provincia solo arrojó fracaso tras fracaso. Acá también quiero hacer una nota de color y de optimismo, respecto a lo que viene electoralmente. Esta elección es fundamental, no solo en la provincia de Buenos Aires, sino es fundamental para todos los argentinos de bien. Porque podría significar el fin del kirchnerismo. Acá hay algo que es muy importante notar, en esta elección provincial, es mucho más que un distrito lo que se juega, pero hay que tener en cuenta que están llevando a cabo la farsa y el fraude moral que es las candidaturas testimoniales. No solo eso, están saliendo los intendentes a jugar en la cancha poniendo todo el aparato y además están dispuestos a hacer fraude y además votan con un sistema electoral distinto. O sea, que habilita el fraude. Por lo tanto ¿Por qué es importante esta elección? porque va a significar el techo del kirchnerismo y para nosotros va a significar el piso, porque en la elección nacional no habrá testimoniales o si las habrán, no son nuestras y se va a votar con otro sistema. Se va a votar con boleta única papel. Un sistema que supuestamente perjudica a los oficialismos y los únicos que tuvimos el coraje para impulsar la boleta única papel fuimos nosotros los liberales.

Por lo tanto, lo que ocurra en septiembre para nosotros va a ser un piso. Esto quiere decir que de acá a octubre vamos a seguir creciendo, pero lo más importante de todo es que nosotros tenemos esta oportunidad y tenemos la de octubre. Sin embargo, ellos tienen ésta sola, por eso se están quemando las naves, por eso los niveles de operación gigantes que están sufriendo cada una de las personas que integran este gobierno porque si en septiembre llegáramos a ganar la provincia de Buenos Aires, habremos puesto el último clavo en el ataúd del kirchnerismo.

Volviendo a las cuestiones pertinentes también de la provincia de Buenos Aires guiado con las sagradas escrituras, el profeta Isaías cuenta de una época en el que el reino de Judea estaba sumergido en una profunda corrupción social y religiosa; cuenta que Dios reprendió al pueblo judío y les dijo: cuando extiendan sus manos en oración apartaré mis ojos de ustedes y aun cuando me ofrezcan múltiples oraciones no los escucharé porque sus manos están llenas de sangre y eso es lo que es la provincia de Buenos Aires, una provincia donde el gobierno tiene las manos llena de sangre porque la provincia de Buenos Aires es un verdadero baño de sangre, en el fondo lo que está planteando este fragmento es que la calidad del hombre la define sus acciones, podemos tener buenas ideas o podemos tener buenas intenciones pero lo que importa en última instancia es realizar buenas acciones. Ahí hay una frase muy interesante de Milton Friedman que dice que a las políticas económicas no se la juzga por sus intenciones, sino que se la juzga por sus resultados, de ahí que el gobierno se caracteriza por un bilardismo extremo, en algunos casos lo llevamos orgullosos. En realidad, estamos todos talibanizados pero había que poner, alguien tiene que poner un poco de mesura y no iba a ser yo.

O sea que no se trata de quiénes creemos que somos, es lo que hacemos lo que nos define. Voy a hacer otro ejemplo: nosotros no solo que hablamos de libertad, sino que, además, cuando tuvimos que estabilizar, respetamos el derecho de propiedad, porque no hicimos un plan Bonex, no metimos controles de precios, ni llamamos empresarios y apretamos gente para que no suban los precios, mucho menos ponerle una 9 mm en la mesa o mandar la policía a perseguir arbolitos. Pero, me parece que lo que mejor muestra nuestro compromiso en materia de diseño de políticas públicas, que son políticas pensadas desde una cuestión moral y ética, es lo que pasó con el cepo. Todo el equipo económico estaba fuertemente comprometido con eliminar el cepo. El cepo básicamente es una herramienta de tortura, y estaba muy bien que se llamara cepo, porque básicamente, si ustedes ganan su dinero honestamente, ustedes lo tendrían que poder gastar en lo que se les da la gana, no tiene por qué venir ningún funcionario a decirles qué pueden comprar o no pueden comprar. Y eso tiene consecuencias, no solo sobre su nivel de utilidad, en términos económicos, en términos amigables, satisfacción, sino que además eso también les destrozaba el ahorro.

Piensen que si ustedes en el año 2001 tenían la posibilidad de quedarse con 1.350 pesos hoy —aclaro, hoy, porque va a seguir bajando— bueno, para hacerlo bien 1360. Entonces tenían 1.360 pesos y se podían quedar con 1.360 dólares o con 1.360 pesos. Así que, si se quedaban con 1.360 dólares, hoy tendrían 1.360 dólares. Si se quedaban con $1.360 pesos, hoy tendrían solamente un dólar. Más adelante van a poder comprar más dólares, pero no importa, ese es otro detalle que ya vendrá después. Y, con lo cual, eso implica que ustedes hubieran destrozado su riqueza, se hubiera deteriorado su calidad de vida enormemente. La gente no es que elegía el dólar porque odiaba al país. En realidad, elegía el dólar porque, con justa razón, odiaba a los políticos, que son los que lo emitían.

Yo me acuerdo que habían pasado cerca de 6 meses de que llevaba como diputado y un periodista me preguntó qué opinaba ahora que estaba en política, qué opinaba de la política y yo le dije que me había equivocado. Entonces el periodista salió a recriminarme con si ahora que está acá adentro cambiaba de opinión y le digo “le voy a aclarar algo en realidad no es que mejoré mi opinión sobre los políticos, ahora es que es muchísimo peor de lo que pensaba antes”. Ahí lo interesante es que nosotros teníamos claramente definido que queríamos salir, nosotros tanto en el Ministerio de Economía y que acá está el gigante José Luis Daza había hecho sus estimaciones; también está el resto, está Furiase, el mudo, el halcón, estaba la estimación de cuántos dólares necesitaba salir del Central y estaba lo que yo creía que necesitábamos. Entonces habíamos llegado al consenso de que con 12.000 millones de dólares podíamos abrir, pero como Toto y yo en esto somos hiper bilardistas, dijimos no bueno, si conseguimos 15000 millones, salimos. Bueno el programa terminó siendo más grande pero qué era lo que decían no van a salir de ninguna manera no se van a animar a ir a flotación o liberar el cepo en un año electoral, es decir, creían que había una visión utilitarista de la vida, creían que para nosotros abrazar la libertad era solamente una cuestión de tener un PBI más grande y lo que no entendieron que nosotros diseñamos las políticas con una perspectiva moral, con una perspectiva ética y por lo tanto si parecieron los dólares ¡qué año electoral ni ocho cuartos! ¡qué especulación! la libertad no se negocia un minuto y cuando pudimos abrir el cepo, por más que era año electoral y contra todo lo que decía el partido del Estado y la casta abrimos el cepo exitosamente.

Pero, dado que estamos hablando de que hay que meterle el último clavo al cajón del kirchnerismo, tenemos que volver a lo que ha hecho el kirchnerismo ¿no? Lo que hizo con el país y con la provincia, habla a rabiar. No tienen forma de esconderse ante los ojos de Dios, ni de la gente, porque han destruido todo lo que han tocado. Es decir, algo así como el rey, sería Sadim, no, el rey Midas todo lo que tocaba lo convertía en oro, estos todo lo que tocan lo convierten en, bueno… ¿en excremento está bien? O sea, cualquier bonaerense, no importa dónde viva, mira a su alrededor y sabe que la provincia está igual o peor que en el siglo pasado. No importa que se llenen la boca hablando de solidaridad con discursos grandilocuentes, si a la hora de la verdad, en los hechos, están dispuestos a quebrar el Estado y arruinar el futuro de todos. Sepan que no solo Dios, sino también la gente, los va a evaluar por lo que hacen, no por lo que dicen. Porque, en definitiva, como dice aquel viejo refrán, el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones. Los argentinos decidieron dejar atrás el infierno kirchnerista, y espero que así lo hagan en este 7 de septiembre en las elecciones.

En definitiva, este es el adversario con el que nos enfrentamos, y por eso es tan importante la labor de fundaciones como Faro. Quiero reparar un momento en el nombre de la fundación: está concebida en honor a Benjamín Solari Parravicini. Él hablaba de que la Argentina sería faro de faros, el primer faro de una nueva era. ¿Y qué hace un faro? Ilumina el camino, marca un norte, un punto de llegada para que el bote extraviado pueda acercarse al puerto. Y eso es precisamente lo que la Fundación Faro está haciendo mediante sus distintas iniciativas. Hoy hacen honra a su nombre y a su propósito. Y además de presentar a sus nuevos voceros en la batalla cultural, anuncian también un proyecto tan ambicioso como necesario: el Consejo de la Libertad. Será una verdadera orden de caballeros dedicados a pensar las reformas liberales que las provincias necesitan para acompañar a la Nación en el camino de la libertad que hemos emprendido, y que por tanto tienen la enorme tarea de atacar esos productos del estatismo que operan como un yunque, frenando una economía que tiene todos los ingredientes para despegar.

En resumen, a través del Consejo de la Libertad, esta fundación va a crear faros que funcionen a nivel local, encargados de iluminar hasta el último rincón de la Argentina con las ideas de la libertad, enviados por su casa madre, la fundación misma, que es el faro de faros. Y nada mejor para lograr este objetivo que sumar al equipo a gente del sector privado, a los que están acostumbrados a interactuar con el sistema bizantino montado por la casta política y sus socios. Porque son quienes saben exactamente cómo estos privilegios nobiliarios con forma de ley oprimen a toda la ciudadanía para favorecer intereses particulares. Porque los privados son los verdaderos patriotas silenciosos, dados por el sistema, los que trabajan cada día para darle a su prójimo bienes de mejor calidad a un menor precio. No los que se dicen patriotas, pero solo saben robarles a unos para darles la mitad a otros y quedarse con la diferencia. Y por eso los ciudadanos particulares son indicados, los que tienen tanto el saber como la voluntad para llevar adelante esta tarea titánica.

Este grupo de reformas tendrá el rol clave de diseñar proyectos de distinto tipo para la situación particular de cada provincia. Estoy seguro que serán de mucha utilidad para las agendas legislativas de los años por venir. Hablo de la agenda de La Libertad Avanza, sí, pero también me permito soñar y pienso: ojalá generar un efecto contagio y otras fuerzas políticas encuentren valor en estos proyectos. ¿Por qué no? Siempre es necesaria una brújula detrás que direccione y dote de contenido a los esfuerzos políticos. Porque si la meta es bajar impuestos y eficientizar nuestra economía para que sea la más libre y competitiva del mundo, necesitamos sumergirnos en la realidad de cada provincia para comprender qué regulaciones ridículas los entorpecen, qué impuestos locales los asfixian o cuántos ñoquis sobran en las esferas de los estados subnacionales. Diego ya lo hizo, porque es el municipio que tiene la menor cantidad de empleados per cápita. Felicitaciones nuevamente, Diego. Espero que los arrases en la primera.

Ya aprendimos del pasado que los esfuerzos por cambiar el país no pueden ser tímidos, tienen que ser ambiciosos y profundos, tienen que ocurrir en la raíz y tienen que ser abarcativos de las normativas provinciales y hasta municipales porque para que el que produce o comercia, para que el que trabaja, para el que emplea, innova y emprende, su realidad económica es una sola, no puede ni tiene por qué separar lo nacional de lo local y requiere que en todos los niveles se encamine el sendero hacia una mayor libertad. Por todo esto quiero agradecerle la Fundación Faro, a mi querido amigo Agustín Laje, a Adrián Ravier que también ha hecho su parte en esta batalla cultural defendiendo las ideas de la escuela austríaca, a Axel Kaiser, al gigante Toto Caputo que ha apadrinado este proyecto y al halcón de la ortodoxia Felipe Núñez que lo llevará adelante. Quiero decirles que tienen mi más sincero agradecimiento y mi respaldo total porque nada más propio de un patriota que luchar por llevar adelante la libertad a sus conciudadanos.

En definitiva, que Dios los bendiga a todos, que las fuerzas del cielo nos acompañen y: ¡Viva la libertad, carajo! Muchas gracias a todos.