Discurso del Presidente Javier Milei en la Cumbre del Mercosur y Estados Asociados, en el Palacio San Martín, en Buenos Aires

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Discurso del Presidente Javier Milei en la Cumbre del Mercosur y Estados Asociados, en el Palacio San Martín, en Buenos Aires.

Estimados Presidentes, Cancilleres, Ministros, invitados especiales, delegados y ciudadanos, de las naciones que integran el MERCOSUR. Talleyrand, dijo una vez que: “el lenguaje fue dado al hombre para ocultar sus pensamientos”. Creo que caracterizó de forma correcta en que se ha transformado - particularmente - el discurso diplomático, donde muchas veces en foros y encuentros como este, la norma es hablar diciendo lo menos posible o diciendo lo - de tal manera - que quede en el plano de los subjetivo o interpretativo.

A esta altura, ya me ha llegado a conocer y saben que yo no creo en los mensajes ocultos. Como siempre sostuvimos, nosotros preferimos decir una verdad difícil, a decir una mentira confortable. Cuando uno tiene un norte claro, hablar de forma clara es el mejor camino en esa dirección, aunque al principio sea costoso.

Por eso - cuando asumimos la Presidencia Pro tempore del MERCOSUR - nos animamos a decir algo que muchos compartíamos desde hace tiempo, pero que era tabú y nadie se animaba a admitir a viva voz. Si bien originalmente el MERCOSUR fue creado - con la intención noble - de integrar las economías de la región, en algún momento el Norte se fue empantanando y la acción comercial conjunta terminó por perjudicar a la mayoría de nuestros ciudadanos en pos de privilegiar a algunos sectores. La barrera que levantamos para protegernos comercialmente en un momento que lo considerábamos valioso, terminó excluyéndonos del comercio y de la competencia global y - por ende - terminó castigando a nuestras poblaciones con peores bienes y servicios a peores precios, lo cual contribuyó a frenar el crecimiento de nuestras economías.

En simultáneo, la organización exigió que carguemos con financiar una estructura burocrática, hoy ya elefantiásica, dedicada a reuniones eternas; guías y regulaciones comunes sobre cuestiones de derecho interno; y duplicar foros que no logran la promoción efectiva de los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos. El saldo de todo esto fue un MERCOSUR que incumplió su objetivo original, cercenó libertades económicas y privó de oportunidades a los privados de la región. El MERCOSUR, al que de mercado y de común, le quedó cada vez menos.

Nosotros buscamos ponerle fin a lo que consideramos una inercia destructiva. Por eso mismo, propusimos que - como bloque - nos movamos hacia un esquema comercial y regulatorio mucho más libre, en lugar de la cortina de hierro a la que hoy estamos sometidos, en el que cada país pueda gozar de mayor autonomía para aprovechar sus ventajas comparativas y su potencial exportador. Entendíamos las limitaciones que enfrentábamos al proponer un cambio de paradigma semejante. Por un lado, porque los cambios profundos no suelen llevarse muy bien con las estructuras rígidas; por otro lado, porque conocemos muy bien la diferencia entre hablar y hacer, y sabemos que es mucho más fácil exigir al aire, que proponer cosas concretables. Por eso, dedicamos el ejercicio, de nuestra primera Presidencia pro tempore, a traducir el camino propuesto a medidas tangibles y realizables.

En primer lugar, ampliamos la lista de excepciones al arancel externo común, para que nuestros ciudadanos y empresas puedan acceder a más bienes y servicios, a precio internacional. También avanzamos en nuestra propuesta de revisión de arancel externo común, que - como todos sabemos - es excesivamente alto y perjudicial para los consumidores en nuestros países. Este arancel debería - por lo menos - ser llevado a los estándares Internacionales, lo cual podría facilitar nuevos acuerdos comerciales a futuro. Además, Argentina lideró y logró cerrar un acuerdo con el MERCOSUR y la Asociación Europea de Libre Comercio, EFTA, según sus siglas en inglés. Este resultado fue posible, gracias al compromiso de los Estados partes y al profesionalismo, de nuestros equipos negociadores, a quienes deseo expresar mi reconocimiento.

El acuerdo con EFTA conecta al MERCOSUR con un bloque altamente competitivo, cuyo Producto Bruto Interno asciende a 1.5 billones de dólares y presenta un PBI per cápita promedio, cercano a los 95.000 dólares anuales, uno de los más elevados del mundo.

Este entendimiento establece un marco jurídico moderno y previsible que permitirá profundizar y expandir las inversiones de los países de la EFTA en nuestra región. También celebramos el relanzamiento del vínculo con la Unión Europea, convencidos de que el acuerdo entre ambos bloques representa una oportunidad histórica para consolidar una asociación estratégica basada en la complementariedad de nuestras economías. Así mismo, tenemos amplias expectativas de finalizar - este año - las negociaciones para celebrar un acuerdo comercial con los Emiratos Árabes Unidos; de profundizar el acuerdo preferencial de comercio con la India y de profundizar también el Tratado de Libre Comercio entre el MERCOSUR e Israel. Esto se suma a las negociaciones que hemos lanzado entre el MERCOSUR y El Salvador, y a las negociaciones, que esperamos comenzar próximamente con Panamá a fin de concluir tratados de libre comercio.

En materia de seguridad, enfrentamos el enorme desafío de extirpar de la región el cáncer del crimen organizado, fundamentalmente, el narcotráfico que no reconoce frontera alguna y nos destruye a todos.

Por eso - al iniciar esta Presidencia Pro tempore - propuse la creación de una Agencia del MERCOSUR contra el delito organizado transnacional. Se trata de un recurso que no puede esperar. Necesitamos actuar de forma urgente. No estancarnos en declaraciones ni dudas. Tenemos que transformar en hechos los compromisos asumidos por nuestros gobiernos. Hoy puedo anunciar, que hemos dado un gran paso, tanto en la reciente reunión de nuestros Ministros de Seguridad Interior y Justicia, como la declaración conjunta del Foro de Consulta y Concertación Política del MERCOSUR; que han recomendado crear esta agencia tan necesaria en el transcurso de este año. Si el primer comando de la capital y el comando Vermelho se extendieran por el MERCOSUR, toda la región estará en peligro y será imposible erradicarla desde su país de origen.

Por eso termino esta Presidencia dejando este compromiso a la siguiente Presidencia del bloque a cargo del Brasil, seguro de que – juntos - lograremos dotar al MERCOSUR de una herramienta necesaria para combatir eficazmente el crimen transnacional organizado. En esta misma línea, tampoco podemos hacer la vista gorda con los numerosos casos de detenciones ilegales en Venezuela. Se trata de personas privadas de su libertad en violación de cualquier tipo de derecho y exigimos su pronta liberación, en particular, reiteramos nuestro firme reclamo por la inmediata liberación del Gendarme argentino Nahuel Gallo.

Tal como dije al comienzo: buscamos aceitar desde el diálogo los engranajes de este cuerpo, entendiendo el diálogo como un Punto de partida para alcanzar objetivos subsecuentes y no un fin en sí mismo.

De aquí en adelante, buscaremos acelerar la marcha hacia una apertura comercial más profunda y adecuada a la realidad de nuestros pueblos, la cual exige una mayor agilidad en los términos burocráticos. Hay que recordar que el costo de oportunidad - por la pereza administrativa - nunca lo paga el burócrata, sino el empresario y, por extensión, el trabajador. No pueden existir empresas sin mercados, y no puede existir trabajador sin empresa. El legislacionismo comercial redunda en menos y peor empleo para nuestros pueblos; en salarios deprimidos por la inactividad y mercados cerrados por cotos de caza que la política diagrama en su propio beneficio y el de sus protegidos.

Cada año que pasa sin mayor libertad comercial es un año en el que una empresa no puede crecer ni contratar gente, mientras que el funcionario de turno a cargo de gestionar estos acuerdos seguirá cobrando un sueldo. Debemos - en definitiva - dejar de pensar al MERCOSUR como un escudo que nos proteja del mundo y comenzar a pensarlo como una lanza que nos permita penetrar de forma efectiva en los mercados globales, mercados de los cuales hasta ahora las barreras aduaneras nos han excluido. Y por eso - como bloque- tenemos que entablar condiciones de comercio lógicas. Creemos que el norte del MERCOSUR es este. Sabemos que muchos de ustedes lo comparten. No debemos dejar que nuestras diferencias en cuestiones accesorias nos dividan. Ahora bien, también sabemos que adoptar estas ideas va a redundar en un nuevo equilibrio, y si bien estamos seguros de que el equilibrio será beneficioso para todos, siempre un nuevo orden tiene sus costos, especialmente sobre algunos sectores, que eran ampliamente beneficiados por el statu quo anterior. No podemos dejar que la defensa de estos intereses - enquistados del pasado - impida la consecución de los acuerdos esenciales que este bloque necesita para sobrevivir y prosperar. El futuro de la región y su rol en el mundo dependen de ello.

No hay que perder de vista que somos meros agentes de la voluntad general de nuestros pueblos, y no de la voluntad particular de algunos sectores, ya sean empresarios o militantes políticos. Nuestra tarea - en este Foro - no puede escindirse de esta misión sagrada, y ha informado cada uno de los pasos que hemos dado de nuestra calidad de Presidentes temporales del Mercosur.

Antes de terminar, quisiera agradecer el apoyo permanente, incondicional de todos los Estados integrantes del bloque, a nuestro reclamo soberano por las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, y los espacios marítimos circundantes. Las Islas son territorio argentino, ocupado desde 1833 por una población implantada, por el Reino Unido, luego de expulsar - por la fuerza - a las autoridades argentinas. Deseo, por esto, reiterar el agradecimiento a todos ustedes por acompañar la Declaración Especial sobre la Cuestión Malvinas. Su respaldo reafirma el compromiso regional con una solución pacífica, conforme al derecho internacional y a las resoluciones de las Naciones Unidas.

Para cerrar, queremos que se considere nuestra Presidencia pro tempore como un ejercicio sincero de que el MERCOSUR adopte, como bloque, las reformas pro libertad comercial que necesita. Y por eso esperamos, con la misma sinceridad, que la próxima Presidencia acompañe las medidas que hemos tomado en este semestre. De hecho, sería una gran alegría que, dentro de unos años, cuando Argentina tenga – nuevamente - la oportunidad de presidir este bloque, nos encontremos en la recta final para lograr este conjunto de objetivos. Pero si esto no fuera posible, y los socios del bloque prefirieran resistir, persistir en un camino que no nos ha resultado, entonces tendremos que insistir en flexibilizar las condiciones de sociedad que nos unen.
Emprenderemos el camino de la libertad, y lo haremos acompañados o solos, porque - como ya he dicho - Argentina no puede esperar. Necesitamos más comercio, más actividad económica, más inversión y más trabajo de manera urgente. Y por eso necesitamos más libertad, también de manera urgente.

Nuestra Nación ha decidido dejar atrás décadas de estancamiento y encarar el sendero del progreso. Está en nuestros socios del MERCOSUR decidir si quieren ayudarnos a emprender el camino que hemos elegido, porque nuestra labor no es otra que la de buscar la prosperidad para nuestros pueblos. Y de la historia aprendimos que sólo se encuentra a través del libre comercio.

Muchas gracias a todos, que Dios los bendiga y que las fuerzas del cielo nos acompañen. Muchas gracias.